La repetición de las elecciones generales el 26 de junio, probable ante la falta de acuerdo para elegir presidente del Gobierno, pondrá en peligro la repetición de la coalición En Marea. El líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, elevó ayer la tensión con sus socios de Podemos al plantear que su alianza concurra a los comicios como partido para blindar la opción de tener un grupo parlamentario en el Congreso. Podemos sopesa aceptar esa vía para sus aliados catalanes de Ada Colau, pero es reticente para el resto porque reduciría su poder y convertiría en quimera dar el sorpasso al PSOE como segunda fuerza. "Lo que hay que hacer, si hay repetición, es evitarlo e inscribirlo como tal [partido]", declaró Beiras sobre el fracaso de tener voz propia en Madrid.

El dirigente reapareció en un acto en Vigo para criticar al PSOE por ceder ante la troika y no apostar por un gobierno de cambio con Podemos y sus aliados, pidiéndole que eligiese entre estos y el "criptofascismo" de Albert "Primo de Rivera", como definió al líder de Ciudadanos en alusión al dictador. Pero también lanzó un claro mensaje a los de Pablo Iglesias tras el fiasco de no poder contar con voz propia en la Cámara Baja y la falta de visibilidad de las demandas gallegas en las primeras semanas de actividad de En Marea como miembro del "grupo plurinacional". Las tensiones provocaron incluso que Anova criticase de puertas para adentro que los acuerdos de la coalición, que también integran Podemos y Esquerda Unida, "no están siendo respetados".

Hace semanas que la autodenominada izquierda rupturista debate la constitución de un partido en caso de repetirse las generales y para las autonómicas previstas tras el verano. Beiras alegó ayer que en diciembre se apostó por la coalición por falta de tiempo, aunque mantuvo que el culpable de no poder constituirse como grupo fue el veto de PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso, a pesar de no tener mayoría. "Así el PSOE tiene el pretexto de no tener la mayoría que le obligaría [a darle grupo a En Marea]", alegó antes de ratificar la exigencia del referéndum sobre la independencia porque sus "líneas rojas son los principios democráticos" de la ONU.

Podemos negocia con el PSOE como si tuviese 69 actas, pero de ellas ya ha perdido cinco de Compromís que se marcharon al grupo mixto y 27 pertenecen a alianzas: 6 de En Marea, 12 de Cataluña y ahora 5 de Valencia. Si estas contasen con voz propia y turno propio en el Congreso, la distancia de escaños entre Iglesias y Pedro Sánchez haría insostenible las exigencias planteadas por el primero casi en pie de igualdad con los 90 escaños del PSOE. Presentarse por separado los debilitaría a todos.

Podemos quiere evitar ese escenario, aunque sopesa ceder en Cataluña. En primer lugar, por el peso político y económico de la comunidad y por Ada Colau, emergente alcaldesa de Barcelona con proyección estatal. En segundo, por el desafío independentista. Y en tercero, porque allí sus socios no tienen organización. En Galicia carece de los dos primeros aspectos y Anova tiene una implantación que inquieta a los morados, aún en pañales en cuanto a su asentamiento. Por otro lado, la figura de Beiras apenas traspasa el Padornelo.

Por ello, Podemos quiere evitar el debate. La candidata a la Secretaría Xeral en Galicia más cercana a la cúpula y diputada de En Marea, Ángela Rodríguez, señaló la fórmula jurídica de la alianza como "irrelevante", a pesar de que estuvo a punto de hacer encallar las negociaciones y podría imposibilitar su reedición el 26-J. Sin embargo, otra de las candidatas, Carmen Santos, defendió cualquier vía para tener voz propia, mientras Breogán Riobóo no se ha posicionado.

Un estallido de las ya tensas relaciones de los socios rupturistas dificultaría la creación de una Marea para las autonómicas. Beiras abogó ayer por "ampliar" su espacio -algo que ya han propuesto para la alianza en el Congreso- y por que se "reformule, no se refunde". Recordó, además, que entre las diferencias con las generales se encuentra la designación de candidato a presidir la Xunta, por lo que habrá que introducir cambios.

La izquierda rupturista cree posible que el PP pierda la mayoría absoluta y liderar ella un cambio, aunque la falta de músculo de Anova y la bisoñez orgánica y las peleas internas de Podemos dibujan un panorama menos optimista que hace unos meses para esa meta.

El papel de las mareas municipales como aglutinador de Anova y Podemos puede resultar determinante, si bien estas evitaron dar un paso al frente hace unos meses cuando se buscó la negociación.