Mariano Rajoy no se mueve de la hoja de ruta que fijó el día después de las elecciones generales: volverá a intentar sellar un acuerdo con el PSOE y Ciudadanos, porque "coinciden en lo fundamental: soberanía nacional, Europa y lucha contra el terrorismo", y "no propiciará de ninguna manera que quien haya perdido sea presidente". En este empeño, el presidente del Gobierno en funciones pide a los suyos "mantener la unidad y preservar la independencia", en alusión al llamamiento de Albert Rivera para que el PP aparte a Rajoy y así se pueda fraguar un pacto con la formación naranja.

El líder popular lanzó este mensaje desde Pontevedra, en el congreso que eligió a Alfonso Rueda presidente provincial en sustitución de Rafael Louzán y que el partido organizó y vivió como un acto de desagravio a Rajoy, tras la declaración como ciudadano no grato por el pleno del Concello. El cónclave no sirvió para despejar dudas sobre el futuro de Alberto Núñez Feijóo. A diferencia de ocasiones anteriores, Rajoy obvió la cuestión y no explicitó que quiere al líder gallego de nuevo como candidato a la Xunta.

"No podemos olvidar lo que somos, somos el primer partido de España y las decisiones de 800.000 afiliados las toma la organización más grande de España y no las toman otros por nosotros", defendió el dirigente popular, para rechazar las presiones externas para que se retire y posibilite un acuerdo con Albert Rivera. "El Gobierno debe presidirlo quien ganó como ocurre desde 1977 porque democracia significa muchas cosas, pero sobre todo que la gente elige con su voto a quien quiere que le gobierne", argumentó, entre los aplausos de los suyos.

Rajoy intentará formar Gobierno y evitar elecciones en junio y su fórmula sigue siendo la de un acuerdo con PSOE y Ciudadanos, partido éste último al que no citó expresamente. Les propone "aparcar" lo que les separa con el objetivo de "dar estabilidad a España" y "consolidar la recuperación española". El presidente del Ejecutivo en funciones argumentó que "esta coalición es la que gobierna en quince países europeos" y puso el ejemplo de Alemania, Austria o la propia Unión Europea.

"Algunos tienen que olvidarse del sectarismo que no conduce absolutamente a nada y que hace daño a todos, incluso al que lo practica", afirmó Rajoy, quien insistió en pedir que en la nueva fase abierta tras la fallida investidura de Pedro Sánchez "triunfe la razón y el sentido común".

Rajoy criticó el pacto de Pedro Sánchez y Albert Rivera porque supone "derogar la obra del PP". "¡Qué broma es esta! Solo por respeto a nuestros siete millones de votos, vamos a defender nuestra posición y es que además nuestro programa es mejor, porque es la política que evitó el rescate y que permitió a España pasar de la recesión a ser el país que más crece de Europa", aseveró.

El líder del PP también se defendió de aquellos que le critican no haber dado un paso adelante y haber intentado la investidura, y en cambio cedió la oportunidad a Sánchez. Explicó que no quiso "engañar a nadie" porque sabía que no tenía los votos necesarios, ni quería "hacer perder el tiempo.

"No hay que ser muy inteligente" para saber que con 130 votos a favor no iba a ser investido presidente, ironizó Rajoy sobre Pedro Sánchez, quien, en su opinión, cometió un "fraude" y solo perseguía "intereses particulares" al sellar un pacto con Ciudadanos, cuando sabe muy bien que la Presidencia del Gobierno solo la puede conseguir o con el PP, con quien "ya no habló", o con Podemos, al que "no dedicó mucho tiempo".

Rajoy advirtió seriamente del peligro de que finalmente el PSOE se alíe con Podemos y los independentistas. "Será malo para España, para la unidad de los españoles y para la economía", alertó.