La Semana Santa llegará justo tras el cambio de estación de invierno a primavera -el equinocio coincidirá en la madrugada de este domingo- y, haciendo gala de la fama asociada a la estación de las flores, la "inestabilidad" será la constante de los primeros días.

"El tiempo inestable que veremos ya desde el sábado y domingo continuará durante lunes, martes y miércoles en Galicia", avanza la meteoróloga de MeteoGalicia, María Souto. Habrá nubes y claros pero también chaparrones en esa primera parte de la semana, asegura la experta y se repetirá el símbolo del sol, con una nube y lluvia en el mapa de las predicciones meteorológicas.

Está por ver si un nuevo anticiclón influye y mejora la situación en los últimos días de las festividades. Sería justo la situación inversa a la de esta semana, en la que los días laborables están caracterizándose por las buenas temperaturas -de hasta 21 grados en Ourense, 19 en las Rías Baixas y 16 en la provincia de A Coruña-, mientras que a partir del viernes la situación atmosférica cambiará debido a la presencia de aire frío en las capas altas.

¿Un agradable paseo por la playa en los días festivos? Aún falta mucho. Los meteorólogos se muestran reticentes a hacer ya predicciones tan exhaustivas y debido precisamente a lo pronto que podrían cambiar las condiciones atmosféricas en estas fechas. "No se puede asegurar nada con rotundidad", aseguran. Eso sí, dejan abierta la puerta a que el anticiclón se recupere para finales de semana Santa Santa y que, con ello, el sol y el buen tiempo de esta semana volverán a reinar en el horizonte.

La subdirectora de Cambio Climático de la Consellería de Medio Ambiente y directora de MeteoGalicia, Mari Luz Macho Eiras, indicó que no se espera que vaya a haber "fenómenos extremos". De todas formas, insistió en que una predicción para Semana Santa "no tendría fiabilidad" con tantos días de antelación y apuntó a realizar seguimiento a través de la web.

La Semana Santa dará la bienvenida a la primavera y despedirá un invierno que en Galicia fue el segundo más cálido de los últimos 50 años pero también el tercero más húmedo en tres décadas. Con una temperatura media de 10,1 grados, la estación se movió 1,6 grados por encima de la media habitual y 2,2 más que el mismo periodo del año pasado, lo que convierte a este invierno en el segundo más cálido, solo por debajo de 1990, según un avance del informe meteorológico que presentó ayer la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, junto con el secretario xeral de Calidade e Avaliación Ambiental, Justo de Benito y la directora de MeteoGalicia, Mari Luz Macho Eiras. Las zonas con las temperaturas más altas fueron la comarca de A Coruña y el interior de la provincia de Lugo.

Pese a que las temperaturas no han sido tan bajas como en otros años y pocos han sido las jornadas en las que fue necesario salir a la calle con toda la ropa de abrigo -chaquetón, bufanda, guantes o gorro- el paraguas sí que se convirtió en un complemento imprescindible en los últimos meses porque este invierno ha sido uno de los más húmedos. Según explicó ayer Mato, las precipitaciones recogidas entre enero y febrero representan el 63% a las registradas en todo el año 2015 y en comparación con el invierno del año pasado suponen un 89% más de agua. Aunque el otoño fue seco y la lluvia tardó en llegar, los temporales provocados por las borrascas atlánticas se sucedieron desde enero y se cebaron sobre todo con las comarcas de Os Ancares, Baixa Limia y el interior de la provincia de Pontevedra. Para la conselleira de Medio Ambiente, estos datos son "científicamente innegables" en la influencia de la mano del hombre en el cambio climático, uno de los "grandes desafíos" de la sociedad actual. El objetivo -apuntó- es que el calentamiento global en lugar de alcanzar los cuatro grados en 2100 se reduzca a dos.