"Lo de Beiras no toca, ¿vale? Lo que dije fue claro, pero si alguien quiere tirar del hilo y pensar que voy a decir sí o no, pues no me da la gana despejar esa incógnita". Así respondió ayer Xosé Manuel Beiras a las preguntas sobre su ofrecimiento para ser candidato de una Marea gallega en las elecciones autonómicas en caso de necesidad, a pesar de que esa opción, a sus 80 años, como reconoció él mismo ayer otra vez, no resulta "verosímil".

El líder de Anova cargó contra la preguntas acerca de una candidatura de la izquierda rupturista, cuestión que entiende una "maniobra de distracción" porque "lo importante es el proceso" desde la base para articular un proyecto sólido y con una oferta programática potente ante unos comicios en los que el PP se encuentra en situación crítica para mantener la mayoría absoluta y a los que En Marea llega como segunda fuerza tras el 20-D.

Defiende que este espacio que tiene opciones de liderar un cambio que aparte a los populares de San Caetano recibirá un impulso con la conferencia política de Anova, que establecerá los pilares de su apuesta, y la cumbre de mareas municipales impulsada por Marea Atlántica. "Si se logra unir y consolidar [ese espacio], la potencia es impresionante", reflexionó.

Anova apuesta por la constitución de un partido instrumental para garantizar un mejor funcionamiento, pero respetando la pluralidad y autonomía de cada integrante. En la cumbre del domingo también lanzarán el proceso para elaborar propuestas programáticas. Para Beiras, lo importante es que los ciudadanos "sepan qué van a votar y no quién van a votar", explicó. La candidatura saldrá luego de primarias. En Anova consideran que la marca Marea, su evidente tirón electoral y el "mestizaje" de formaciones y movimientos sociales constituyen un potente motor al que ahora deben inyectar gasolina de credibilidad a partir de un programa concreto. El cabeza de cartel no es relevante, aunque reconocen que las palabras de su líder parecen mostrar que le tienta esa idea, que no se contempla salvo que Beiras quiera presentarse. Tampoco quieren descartarlo para no rebajar su aportación al proceso.

Beiras ensalzó a Manuel Fraga, con el que mantuvo una cordial relación en la última fase política de este tras años de enfrentamientos. Paradójicamente, el dirigente nacionalista llegó a tacharlo de "Fragagá" por su avanzada edad. "Le cabía el Estado en la cabeza", indicó ayer antes de tachar de "estúpidos y aduladores" a sus asesores y culpar a la troika de bloquear un gobierno de cambio a nivel estatal entre socialistas y Podemos.