En febrero del año pasado, 3.868 militantes de Podemos participaron en las primarias para elegir dirección en Galicia. Uno de cada cinco inscritos en el partido de Pablo Iglesias tomó parte en el proceso que encumbró a Breogán Riobóo, con el 54% de los votos, como secretario xeral. Mañana, el partido morado sabrá quién es su nuevo líder, pero también tendrá la oportunidad de medir hasta qué punto la crisis interna de la organización ha hecho mella en sus bases y hasta qué punto esta fracturado internamente el partido.

Han estado llamados a votar hasta ayer a última hora de la noche 20.576 afiliados a una de las tres listas que optan a tomar las riendas de Podemos, en una fase crucial, pues habrá elecciones autonómicas este año y el partido de Pablo Iglesias quiere mayor protagonismo e incluso controlar la Marea que pretende reeditar con Anova y EU de cara a las autonómicas. El año pasado, el censo era algo menos abultado, 18.808 personas, y acudieron a las urnas menos de cuatro mil afiliados. Si en estas primarias la participación baja de los cuatro mil y se desinfla en Galicia, servirá de termómetro a la organización morada para calibrar el impacto de su crisis interna, con dimisiones, destituciones y denuncias de sectarismo y censura. La afluencia a las urnas de sus bases permitirá evaluar la implicación de las bases, después de que la marca de Podemos se diluyera en las elecciones generales en la coalición En Marea y tras la estrategia de Pablo Iglesias en sus negociaciones con el PSOE, y que encuestas a nivel nacional apuntan que pasará factura a Podemos, si se repiten las elecciones.

El activismo de las bases del partido morado en enclaves estratégicos como las ciudades de Ferrol, Vigo o Pontevedra está en cuestión, pues sus círculos están en stand by y sus direcciones locales desaparecidas o dimitidas. Por ello, las primarias del fin de semana que acaba de pasar son importantes para medir el grado de compromiso de su militancia en un año decisivo, donde Podemos en alianza con Anova y EU podría estar en condiciones de asumir la Xunta, si el PP gallego pierde la mayoría absoluta. El pasado 20-D, En Marea superó en votos a los socialistas y en el Partido Popular admiten que la mayoría absoluta es posible, pero también difícil.

El resultado de las primarias también medirá el grado de fractura del partido en Galicia. Se enfrentan tres listas. Una liderada por el primer secretario xeral de Podemos en la comunidad y destituido por la dirección en Madrid tras cuestionar la línea oficial. Otra, que es vista como la lista bendecida por el aparato estatal, que es la encabezada por la diputada en el Congreso, Angela Rodríguez, y que en plena campaña de primarias participó en un acto de partido con Iñigo Errejón. Y la última, la de Carmen Santos, que en las primarias de hace un año para elegir dirección autonómica fue la candidata más votada, más que Breogán Riobóo, pero entonces no optaba al liderato. Fue de las primeras en dimitir y cuestionar la dirección de Riobóo por falta de transparencia e inmovilismo.

Si gana Angela Rodríguez, la dirección de Madrid verá velada su actuación en Galicia, pero si repite Breogán Riobóo, se verá desautorizada. Si se impone Carmen Santos, las bases lanzarán un correctivo a la dirección madrileña. El mensaje sería que no les gustaban los modos del primer secretario xeral, pero tampoco las injerencias y las componendas de Madrid.

El nuevo secretario xeral tendrá un papel crucial para negociar con Anova y EU el papel de Podemos en la reedición autonómica de En Marea, incluida la confección de las listas al Parlamento y la elección del candidato a presidente de la Xunta. Los tres aspirantes a secretario xeral han desarrollado una intensa campaña en las redes sociales y visitando los círculos de Podemos de toda Galicia. Ayer mismo, estaba en Vigo Breogán Riobóo, quien abogó por impulsar el papel político de las bases: "Cuánto más fuerte sean los círculos, más fuerte será Podemos". El candidato se mostró dispuesto a seguir trabajando en Podemos, aunque no gane las primarias.