De los siete modelos de visitantes que identifica la consultora Brain Trust, los 2,7 millones de turistas que el año pasado se alojaron durante sus vacaciones en casas de familiares y amigos, segundas residencias o apartamentos son denominados como "viajeros oportunistas". Y al medio millón de personas que durmieron en alojamientos reglados pero alternativos a los hoteles como cámpings o casas rurales se les conoce como "viajeros insaciables". En este grupo también se incluyen los que optan por el intercambio de casas.

El turismo gallego busca, sin embargo, reforzar otros dos modelos para mantener e incluso mejorar los resultados de ocupación del año pasado: el gourmet y el urbano. Francisco Canabal apuesta para la temporada baja por el "viajero gourmet" que se decanta por escapadas en las que disfrutar de la naturaleza y la gastronomía, dos de los atractivos de Galicia que la Xunta y el sector incluyen en sus campañas de promoción para captar turistas. Durante todo el año se busca atraer también al "viajero urbano" para que conozca las ciudades y áreas urbanas gallegas y descubra su historia y su cultura. En verano, las Rías Baixas y también los arenales de A Coruña y Lugo reciben a los "viajeros de playa", si bien Galicia se vende como un destino con una oferta más allá del sol y playa. En otras comunidades donde el turismo de playa es casi exclusivo este perfil de turistas sería el mayoritario. En las islas Baleares y Canarias, por ejemplo, funcionan modelos que en Galicia, sin embargo, no tienen éxito. Además del viajero de playa, triunfan los packs, que solo buscan relajarse sin preocuparse por la organización del viaje. El séptimo y último perfil sería el viajero "visitante", que combina escapadas a nivel nacional con otras al extranjero.