Lo dio por hecho el presidente de la Xunta la semana pasada. Con el cumplimiento del déficit, un 0,57% sobre el Producto Interior Bruto (PIB) autonómico frente al objetivo del 0,7% marcado por el Gobierno central, "Galicia tendrá recursos adicionales". El desequilibrio de las cuentas gallegas se redujo durante 2015 prácticamente a la mitad, el mayor descenso de todas las comunidades. Por eso, y porque además el sistema de financiación aporta más fondos en este 2016, San Caetano está en una posición relativamente cómoda para asumir la nueva corrección que hay que aplicar, hasta el 0,3%. Eso, de por sí, supone ya una ventaja respecto al resto de territorios, sobre todo los que arrastran un desvío notable sobre las previsiones oficiales, a los que ahora el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, quiere atar en corto con la regla de gasto. ¿Qué supone eso? Un corsé que les impide abrir el bolsillo más allá de la previsión de crecimiento de la economía. En la práctica, el gasto de las comunidades incumplidoras estará capado. Pero Galicia no se conforma con su mejor margen de maniobra. Quiere más. Una "compensación económica".

El conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, anunciaba ayer en el Parlamento gallego que su departamento "volverá a demandar" un premio por ser una de las tres únicas comunidades que se adaptó al techo del déficit, junto con Canarias (0,54%) y País Vasco (0,67%). Valeriano Martínez no desveló en qué consistirá su exigencia. Pero todo apunta a que la Xunta podría beneficiarse de nuevo de un interés cero para su deuda. Por ahí van las negociaciones que también Montoro adelantó la pasada semana en su comparencia en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados. "Estamos trabajando en precisar la fórmula para que tengan una discriminación positiva -aseguró- y que sigan este ejercicio a tipo cero". Tras la polémica abierta en 2014 por la decisión del propio Montoro de aliviar la carga a las comunidades financiadas con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) por su imposibilidad de acudir al mercado en busca de prestamistas, Hacienda intentó calmar las críticas, feroces desde la Xunta, con la creación del Fondo de Facilidad Financiera. Un instrumento dirigido a las comunidades que están al día en pago a proveedores y límites de deuda y déficit, que les ofreció cubrir su deuda anual libre de intereses los tres primeros años.

"En ningún caso toleraremos una penalización por ser una comunidad cumplidora", advirtió ayer Martínez en el Parlamento, con una defensa a ultranza otra vez de "la estabilidad institucional que aporta el Gobierno gallego". De hecho, el conselleiro de Facenda sostiene que es posible que se tenga que revisar al alza la previsión del avance de la economía para 2016 -un 2,4%- y rechaza que existan debilidades internas, pese a los avisos sobre la evolución de la industria o el empleo que sí detectan varios observatorios y expertos. "Son riesgos ajenos, como la incertidumbre política e institucional de España", incide el conselleiro, que reivindica que Galicia tiene "un modelo propio de crecimiento sano" y que en la comunidad "se agotó" el tiempo de los recortes.

A los recortes, precisamente, se refirieron en la oposición para recordarle al conselleiro que la disminución del déficit implica menor gasto.