En su particular turné por Galicia para "intentar aglutinar al partido socialista", el alcalde de Vigo, Abel Caballero, recaló ayer en la ciudad de A Coruña. Un territorio comanche con el que, reconoció, tiene una "relación difícil". Tenso en las primeras preguntas, pero más suelto según pasaba la conversación, el regidor se sometió durante una hora a las cuestiones de varios periodistas en el Club Financiero. En ese tiempo desgranó su forma de ver la política, habló del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, de la particular lucha entre los tres aeropuertos gallegos y hasta de su faceta como escritor. Tiene ya dos novelas terminadas "y ocho capítulos de la tercera".

Como auditorio tuvo a una representación de los empresarios de la ciudad, a los que se unió la responsable del PSdeG en A Coruña, Mar Barcón; el portavoz del partido en el Ayuntamiento de A Coruña, José Manuel Dapena o el portavoz del PSdeG en el Parlamento gallego, José Luis Méndez Romeu.

Antes de comenzar el encuentro, Abel Caballero alabó sin titubeos al que fuera alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez. No se molestó ni cuando le preguntaron si su forma de hacer política, sus gestos y hasta su forma de hablar se asemejaban demasiado a las del ex regidor coruñés. "Me encanta. Es un gran amigo. Yo aprendí mucho de él", proclamó Caballero con una gran sonrisa para añadir a continuación que "es un alcalde excepcional, un fuera de serie".

Esa fue la de cal. Porque la de arena se la llevó Xulio Ferreiro. Ya lo había dicho en varias ocasiones en Vigo, pero ayer, en A Coruña, insistió en que es "calamitoso". "Por mi puesto de presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias hablo con muchos alcaldes y veo una diferencia muy notable con el resto", aseguró.

¿Y cómo es la relación con A Coruña? "La relación es difícil", reconoció sin titubear. "Las ciudades que lideran tienen una relación difícil. Y Vigo y A Coruña son las dos ciudades que lideran en Galicia. Son los dos grandes ejes que movilizan la comunidad", explicó. "Y a partir de ahí tenemos que coexistir", zanjó. Horas antes, en su visita a Lugo, no paró de elogiar a la ciudad amurallada.

También se refirió a la serie de encuentros que está teniendo con diferentes dirigentes del PSdeG para "aglutinar todas las fuerzas". "Es una obligación que tenemos con el partido y con Galicia. No tengo más deseos de poder. Para nosotros es un cierto sacrificio, porque estamos quitando tiempo de trabajar por Vigo para hacerlo por el partido", reconoció.

La pelea entre los tres aeropuertos gallegos fue otro de los temas a los que se refirió. Sin dudarlo ni un segundo aseguró que la solución pasaba por "ayudas cero para todos, incluido Oporto". "Firmamos mañana", sentenció.

No hubo mucho tiempo para más. La hora se pasó muy rápido. Eso sí, quiso hacer su particular pronóstico sobre el futuro político del país. "Pedro Sánchez va a ser el candidato y va a ser presidente del Gobierno en las próximas elecciones". Habrá que esperar unos meses para comprobar si su vaticinio se hace realidad.