"El registro de una marca otorga a la empresa el derecho exclusivo a impedir que terceros comercialicen productos idénticos o similares con la misma marca o utilizando una marca tan similar que pueda crear confusión". Así justifica la Oficina Española de Patentes y Marcas una necesidad que también ha asumido la Xunta, que su inventario de marcas incluía un millar de registros, en su inmensa mayoría de carácter denominativo (para proteger el nombre del producto o servicio) o mixto (con logotipo).

En el extenso listado se repiten muchos nombres en su versión en gallego y castellano, como ocurre, por ejemplo, con la Cidade da Cultura de Galicia, y para variados productos y servicios: publicidad, educación, transporte, papel, servicios científicos y tecnológicos, pero incluso para vestidos, calzados y sombrerería -como ocurre con el Centro Galego de Arte Contemporáneo o el Gaiás-, para metales y joyas o carnes, pescados, aves y caza.