La Escuela de Máquinas de la Armada de Ferrol, el Juan Sebastián Elcano de Cádiz, el buque Transporte de Ataque Castilla también en Cádiz, la Escuela Naval Militar de Marín y el patrullero Tabarca son algunos de los destinos en los que desempeñó desde 1987 su carrera militar José Manuel Fernández Rey, natural de Sanxenxo. El Ejército le permitió disfrutar de la mecánica, la profesión que siempre le apasionó y en el Tabarca se encarga de realizar el mantenimiento de todos los equipos y reparar las averías.

Además de la mecánica, las motos son su otra gran pasión. Fue precisamente cuando volvía con otros tres compañeros de una comida de confraternización motera cuando se encontraron con un accidente de tráfico. Era agosto de 2011, sobre las 05.00 horas de la madrugada en la A-52 a la altura de Puebla de Sanabria, en Zamora. Los cuatro moteros vieron una furgoneta volcada fuera del arcén en un desnivel de unos 1,5 metros de profundidad y con las luces encendidas. Aplicando la conducta PAS (proteger, alertar y socorrer, por ese orden), Fernández Rey y sus acompañantes señalizaron el accidente, avisaron al 112 y se dirigieron a la furgoneta por la que escalaron para acceder a la puerta del conductor donde comprobaron que un hombre y una mujer permanecían en el interior del vehículo.

El militar recuerda que el hombre les pedía que les sacasen mientras repetía en portugués que le dolía mucho la cabeza y llamaba por su pareja que estaba inconsciente. La mujer reaccionó al mismo tiempo que empezó a salir humo del salpicadero, lo que complicó -explica- que todos se pusiesen más nerviosos y la tensión se apoderase de la situación. Aún así, lograron primero sacar a la mujer con ayuda del conductor y también a él, a pesar de que la maniobra en este caso era "más complicada" porque tenía un brazo lesionado.

Una vez que llegó la ambulancia del 061 Fernández Rey y sus compañeros pudieron seguir su camino a casa y descansar "con la satisfacción del deber cumplido". No era la primera vez que intervenía en sucesos de este tipo debido al elevado número de viajes que realiza por toda España por su afición al mundo de las motos. Pero solo en esta y otra ocasión tuvo que prestar auxilio a los implicados en el siniestro. En el resto de intervenciones -aclara- simplemente ayudó con la