El acuerdo entre el PSdeG, el PP y el diputado no adscrito y alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, que ha permitido aprobar esta mañana el presupuesto de la Diputación de Lugo para este año, con el voto en contra del BNG, ha dejado tocado al gobierno bipartito formado por socialistas y nacionalistas.

Después de una dura intervención en el pleno provincial, en la que llegó a acusar al presidente de la Diputación, el socialista Darío Campos, de negociar ese acuerdo con la portavoz del grupo provincial del PP, Elena Candia, de "espaldas al BNG", el portavoz nacionalista, Xosé Ferreiro, dejó claro que "la confianza" que había en el bipartito está "rota".

Durante su intervención en el pleno, acusó a socialistas, populares y a Martínez de firmar un acuerdo "basado en prebendas", pensado para abonar la "lotería" que montó Elena Candia mientras era presidenta con los municipios gobernados por el Partido Popular, pero que también se "pliega" al "chantaje" de Manuel Martínez.

Ferreiro, en posteriores declaraciones a los medios de comunicación, lamentó "la rotura de esa confianza que tiene que haber en un gobierno para que esto funcione".

Desde su punto de vista, "fue el presidente de la Diputación el que provocó la rotura con esa actitud", porque los nacionalistas se enteraron de que había "un acuerdo firmado" por Darío Campos y Elena Candia "en la primera reunión" que hubo antes de la junta de portavoces.

"Estábamos dispuestos incluso a hacer borrón y cuenta nueva, porque había voluntad del presidente de no volver a caer en ese tipo de actuaciones, pero me parece que no podemos seguir dando ese espectáculo bochornoso, donde parece que quien gobierna es la oposición", añadió el portavoz del BNG.

Según Ferreiro, "para que gobierne la oposición, para eso es mejor que pase al gobierno la propia oposición. No tiene sentido estar gobernando, cuando te controla las acciones de gobierno la oposición".

En cuanto a la posibilidad de que el BNG abandone definitivamente el gobierno bipartito de la Diputación de Lugo, en el que ha participado durante los dos últimos mandatos y lo que ha transcurrido de este tercero, el vicepresidente de la institución, Antonio Veiga, recordó que esta situación tendrá "unas consecuencias".

Ferreiro insistió en que "a veces parece que el BNG es un apéndice del propio gobierno provincial", cuando la realidad es que aporta "uno de cada tres votos", por lo que "un acuerdo de este tipo no es de recibo que pueda ser adoptado sin un acuerdo con el socio con el que se está gobernando".

Desde su punto de vista, la salida del gobierno bipartito es, por lo tanto, "una consecuencia perfectamente razonable", aunque la decisión será adoptada esta misma tarde por la ejecutiva nacional del BNG.

En cuanto a la hipotética salida, insistió en que se trata de una consecuencia que "hay que barajar", sino como "segura", cuanto menos como "posible".

Por su parte, el presidente de la Diputación de Lugo, Darío Campos, afirmó que "las consecuencias negativas" del acuerdo para sacar adelante el presupuesto se verán "a partir de ahora", pero recordó que "lo más importante de todo" es el "pacto" que tienen los socialistas "con todos los lucenses".

"Lo dije desde el principio. Quiero trabajar y poner en marcha todas las medidas posibles desde la Diputación para mejorar la calidad de vida de los lucenses. En eso estamos. Hay que anteponer lo colectivo al individualismo. En eso estamos y seguiremos por ahí", añadió.

En cuanto a la posible salida de los diputados del BNG del bipartito, insistió en que a él le "gustaría seguir contando con ellos", pero "la decisión la tienen que tomar ellos", que tienen que ser "responsables y consecuentes con lo que votaron".