Cuatro días después de celebrarse las elecciones generales, el PP gallego ha puesto en marcha la maquinaria, con la designación del director de campaña, para preparar los comicios autonómicos. La fecha está pendiente de decidir, pero el presidente de la Xunta y del partido, Alberto Núñez Feijóo, insistió ayer en que se celebrarán en "otoño" y deslizó que le gustaría que coincidieran con las del País Vasco, como así sucedió en las dos últimas convocatorias. "A ambas comunidades supongo que les gustaría coincidir. Lo llevamos haciendo ocho años, pero también puede suceder que no ocurra", declaró ayer tras el Consello de la Xunta.

"No hay ninguna conversación entablada, pese a la relación cordialísima que mantenemos con el lehendakari", subrayó, para concluir que, antes de adoptar una decisión, "hay que reposar los resultados electorales" y porque además quedan "muchas cosas que hacer".

En 2009 y 2012 la convocatoria coincidió en las dos autonomías. Y en abril de este año Feijóo y el presidente vasco, Íñigo Urkullu, mantuvieron en encuentro en Vitoria sobre el que se especuló con que podrían abordar una posible cita electoral que coincidiera con las generales del pasado domingo. "Van a ser cuando tocan y tocan en otoño; el domingo de qué mes no lo sé porque no está tomada la decisión. Déjenme que lo piense un poco. La noticia es que las autonómicas tienen un calendario propio y querer saber el domingo concreto es una curiosidad excesiva. No hay cambios sobre el calendario inicial", declaró ayer el titular de la Xunta.

Feijóo recordó que dentro de su partido había voces que le animaban a hacer coincidir las gallegas con las generales del pasado 26 de junio, una cuestión que él declinó porque, a su juicio, "no tenía ningún interés para Galicia". "Y hoy hay gallegos que no pagan el impuesto de sucesiones, impuestos cero en el rural... Creo que fue una decisión responsable no intentar aprovecharse de los problemas internos de la oposición. Ahora la postura sigue siendo el misma y la referencia es el otoño", sentenció.

Entre las tareas inmediatas que Feijóo se ha puesto antes de la cita con las urnas está la elaboración de los presupuestos para 2017, ya que aunque resulta imposible aprobarlos de forma definitiva -porque no hay plazos-, el Gobierno gallego los puede dejar hechos, como borrador o proyecto de ley. Sin embargo, ha surgido un problema. La Xunta analiza si podrá remitir el techo de gasto a la Cámara, debido a que la situación política estatal dificulta que el Ejecutivo central dé los pasos preceptivos previos, como la ratificación previa en el Congreso de los Diputados del límite de gasto de los presupuestos estatales. Este proceso es importante, ya que es el Gobierno central el que debe establecer las previsiones de crecimiento económico y de la evolución del desempleo para, en consecuencia, realizar los cálculos específicos para Galicia.

Pero además, la Xunta tampoco podrá conocer mientras tanto, al menos de forma oficial, cuál será el importe de las entregas a cuenta que el Estado hará en 2017 a las arcas autonómicas, un aspecto capital para calibrar el nivel de ingresos que tendrá. De todas formas, Feijóo precisó que se buscarán otras fórmulas para no estar de brazos cruzados e ir preparando el borrador de las cuentas para el próximo año, que en todo caso solo tendrían garantizada su aprobación si el PP ganara con mayoría absoluta.

Por la tarde, el PP gallego reunió a su comité de dirección para analizar los resultados del pasado domingo y, de paso, poner en marcha la maquinaria para preparar las autonómicas. El primero paso ha sido nombrar al secretario xeral, Miguel Tellado, como director de campaña, el mismo cargo que ocupó en las pasadas generales. Los populares no plantean grandes cambios para el comité de campaña de las autonómicas, por lo que la previsión es que, como también es habitual, Pedro Puy se ocupe de coordinar el programa electoral.

Con una asistencia más numerosa de los habitual, el comité de dirección hizo repaso de los resultados, que al igual que en el resto de España, en Galicia fueron mejor de los esperados.