La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, fijó ayer como objetivo para las elecciones autonómicas "movilizar" a los gallegos que se abstuvieron el 26-J y conseguir su voto para ser una "alternativa" a la política "antigallega" del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, candidato a la reelección.

El Consello Nacional de la organización frentista se celebró ayer con el objetivo de sacudirse el histórico desplome de resultados, que no alcanzaron el 3% de sufragios y confirmaron que volvían a quedarse fuera del Congreso, como sucedió el 20-D, algo inédito desde 1996. El Bloque, que analizará los resultados "en cada localidad", tiene el consuelo de ver cómo En Marea, que se ha nutrido en gran parte de su caladero electoral, también pinchó y se dejó casi 67.000 papeletas, si bien mantuvo el 22% de apoyos, cifra hoy inalcanzable para ellos.

Pontón anunció que esta semana se reunirá ya la comisión para definir los "nuevos pasos" a dar de cara a la cita electoral en que el Bloque se juega gran parte de su capital político e incluso económico, pues sus finanzas dependen en gran medida de su presencia en el Parlamento gallego. También prepararán de forma minuciosa la celebración del día 25, Día de Galicia, jornada de habitual muestra de músculo del Bloque por las calles de Santiago, a las que en esta ocasión acudirá con uno de sus peores resultados desde los años 80.

Pontón también volvió a "tender la mano" a todas las formaciones nacionalistas -ya ha sondeado opciones con Compromiso por Galicia- para unir fuerzas en la cita electoral de otoño. Su objetivo es que el BNG "sea una pieza clave en la derrota del PP y en la puesta en marcha de una alternativa política diferente". El programa que espera diseñar el Bloque pretende "dar alternativas" a Galicia para "incrementar la capacidad de autogobierno". "Somos el mejor antídoto contra el PP", alegó ayer la portavoz nacional, que también es la primera candidata de su formación a presidir la Xunta.