A la inmensa mayoría de los concellos gallegos no les salen las cuentas demográficas. En los movimientos naturales de la población tienen que conjugar dos variables, los nacimientos, que computarían en su haber, y las defunciones, que restarían en el debe, y el resultado son números rojos para un total de 300 ayuntamientos. Al menos así ocurrió el año pasado, según los datos, aún provisionales, publicados ayer por el Instituto Galego de Estatística. Solo 14 municipios se salvan de seguir el mismo destino que la propia comunidad, donde en 2015, y solo teniendo en cuenta la cifra de muertes y nacimientos, se perdieron, según el IGE, 12.057 habitantes, una tendencia de la que no se libró ninguna provincia.

A pesar de ello, la más afortunada, si se tiene en cuenta el saldo vegetativo (la diferencia entre nacidos y fallecidos), sería Pontevedra, ya que acapara la mitad de los 14 concellos donde la cigüeña se impuso a la parca. Así ocurrió en O Porriño (donde se registraron 57 nacimientos más que defunciones), Salceda de Caselas (44), Poio (26), Soutomaior (12), Pontevedra (3), Gondomar (3) y Pontecesures (2).

No obstante, las mayores cifras absolutas las maneja A Coruña, donde se ubica Ames, vecino de Santiago, donde la diferencia es de 185 a favor de los nacimientos, seguido de Arteixo (70) y Oroso (46). En esta provincia también registran saldos vegetativos positivos Cambre (17), Culleredo (8) y Narón (5). En Lugo solo un municipio se infiltra en la lista: Burela, que gana 17 habitantes al superar los bebés a los fallecidos. Sin embargo, en Ourense ni un solo municipio escapa de los números rojos.

Los saldos vegetativos negativos más elevados se concentran en las grandes poblaciones: A Coruña (-556), Ferrol (-523), Vigo (-420), Ourense (-393) y Lugo (-197). Santiago perdió 81 habitantes por el exceso de óbitos sobre alumbramientos, pero la superan en la sangría localidades como Monforte (-190), Vilalba (-133), Viveiro (-120), A Estrada (-112), Lalín (-108), Ortigueira (-107), Chantada (-104), Sarria (-91) y Vimianzo (-90).

La cifra total de fallecidos está liderada por Vigo, A Coruña y Ourense, mientras que vuelve a ser la primera, con 2.217 nacimientos, la que alcanza el número más alto de neonatos, acompañada en el podio por A Coruña y Santiago.

En el extremo opuesto están cuatro municipios -tres de la provincia de Ourense (O Irixo, Parada de Sil y O Bolo) y uno de Pontevedra (Mondariz-Balneario)-, donde los hogares no anotaron ni un solo bebé al libro de familia. Además, en otros 80 concellos -en su inmensa mayoría de Ourense-, basta una mano para contarlos, al nacer cinco o menos. Ese sería el caso en Pontevedra, de Dozón y Crecente, que sumaron dos vecinos más por ayuntamiento.

Mientras la natalidad pierde la partida frente a las defunciones, los niños que nacen lo hacen cada vez más de madres de 35 o más años. El año pasado nacieron de madres de esas edades 8.407, el 43% de los 19.346 neonatos, lo que supone un 61,5% más que los registrados una década atrás, cuando fueron 5.204. También se elevaron en la misma medida (un 63%) los nacimientos de madre soltera, que pasaron de suponer el 23,5% del total en 2005 a representar el 42%.

El IGE apunta además que las progenitoras extranjeras protagonizaron el 6,2% de los partos notificados en 2015. En lo relativo a los matrimonios, que fueron 8.782 en 2015 según el IGE, en 28 concellos no se formalizó ni un solo enlace, sobre todo en Ourense y Lugo..

En lo relativo a las cifras de población, que tienen en cuenta no solo nacimientos y defunciones, sino también emigración e inmigración, el IGE notificaba ayer que Galicia contaba con 20 núcleos de más de 10.000 habitantes (nueve en A Coruña, cinco en Pontevedra, cuatro en Ourense y dos en Lugo). Por el contrario, apuntaba también las 28 parroquias con menos de 10 habitantes: 19 en Ourense, ocho en Lugo y una en A Coruña. En la provincia de Ourense una de las citadas es Rebordondo, en el ayuntamiento de Monterrei, que aparece con cero moradores.