Podemos abrió ayer los contactos formales para formar una Marea gallega en las elecciones autonómicas de octubre, aunque la decisión final de ir de la mano a los comicios quedará en manos de sus bases. Lo hizo en un encuentro con Anova, mientras hoy será el turno de Esquerda Unida, lo que evidencia que la formación morada primará a los partidos frente a las mareas locales en la negociación de la confluencia, aspecto que puede tensar las conversaciones en el espacio rupturista. A pesar de ello, este celebra el desbloqueo de la situación para tratar de articular su alianza lo antes posible. El debate de fondo encierra una pugna sobre el peso que cada parte debe tener en el proceso y la fórmula a adoptar, pues Podemos rechaza diluirse en un nuevo partido y prefiere una coalición, opción que los alcaldes de A Coruña, Ferrol y Santiago y las mareas locales desean superar para constituir un nuevo sujeto.

El partido morado aspira a un protagonismo acorde con lo que, entiende, supone su marca y estructura, frente al tamaño modesto y condición líquida de las Mareas en Común, el continente de las candidaturas "de unidad" municipal que lidera Marea Atlántica.

Carmen Santos, secretaria general de Podemos Galicia, considera que los motores deben ser los tres integrantes de En Marea, aunque abriendo esta y "democratizándola", un concepto que todavía no está claro qué supondrá.

De momento, solo se produjo el encuentro de ayer entre Podemos y Anova, a falta de que se fije fecha para la cita que los alcaldes de A Coruña, Ferrol y Santiago -que mañana se reúnen de nuevo para impulsar la confluencia- convocarán para que todos los actores se sienten a la misma mesa. "Los tiempos los marcan los partidos", apuntan desde la cúpula de Podemos. Las Mareas en Común, mientras tanto, urgen esa cita.

Santos era reacia a iniciar ya la negociación de la Marea antes de consultar a sus bases, decisión que cambió tras su asistencia en Madrid al cónclave estatal de su partido y su derrota interna en el Consello Autonómico, que apostó por iniciar ya el debate. De esa forma, los críticos pretendían participar ya en las negociaciones para, en caso de que las bases avalen la confluencia, tener parte del trabajo hecho.

Sin embargo, el deseo de la mayoría de críticos de asumir el manifiesto de los alcaldes del cambio -al que se adhirió ayer la Marea de Vigo-, que reconocía como propias las primarias o el código ético de las Mareas en Común, quedó aparcado.

El movimiento de Podemos generó alivio en sus socios. La Anova de Xosé Manuel Beiras temía que las consultas internas de los morados frenasen no solo su implicación en la confluencia, sino que exacerbasen su división interna -más que evidente- y pusiesen en peligro la consolidación de este espacio político para la cita con las urnas. "Lo primordial era este movimiento y empezar a hablar", celebran desde la formación nacionalista. El encuentro de ambos partidos no había concluido al cierre de esta edición. Por su parte, el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, se refirió a los problemas internos de Podemos después de que Carmen Santos destituyese a tres críticos de su ejecutiva. "Van a tener la responsabilidad de sumar y no llegar a posiciones de parte que entorpezcan el proceso de En Marea", señaló.