Podemos se ha puesto manos a la obra para pergeñar las condiciones sobre las que aceptaría integrarse en una Marea gallega para concurrir en una alianza con Anova, Esquerda Unida y las mareas locales a las elecciones autonómicas del próximo mes de octubre, aunque la última palabra la tendrán las bases. Mediante una consulta telemática prevista a final de mes o principios de agosto, estas serán las que decidirán ese rumbo conjunto o presentarse en solitario y buscar luego una colaboración poselectoral.

Las reticencias de su líder, Carmen Santos, a sentarse a negociar con sus socios -ya concurrieron en coalición a las generales- antes de tener el visto bueno de sus inscritos ha dado paso a un escenario en el que busca percibir el plácet mayoritario para negociar ya y luego avalar la confluencia, pero con parte del trabajo de tira y afloja del modelo de primarias o cuotas de poder hecho.

A ello dedicó principalmente las asambleas provinciales de A Coruña y Lugo celebradas ayer. Hoy será el turno de las de Pontevedra, con un encuentro por la mañana en Vigo, y Ourense.

Si bien una parte de las bases prefiere concurrir en solitario a los comicios autonómicos, el sentir mayoritario parece ser favorable a repetir confluencia, opción que defiende Pablo Iglesias, líder estatal, Santos y los críticos con esta. La secretaria general gallega descartó cualquier interferencia de su jefe de filas en el proceso y reivindicó el debate con la militancia. "Esa base ciudadana va a estar presente en todo el proceso para la construcción de la alternativa al PP en Galicia", dijo.

Los dos encuentros de ayer se articularon en grupos de trabajo para recoger propuestas "como democratizar En Marea, integrar en el proyecto a las mareas municipales y las plataformas ciudadanas, las preferencias a la hora de configurar las primarias y la elaboración del programa colaborativo". Es decir, Santos pretende salir de las citas con la anuencia para negociar y con las líneas rojas para marcar. Hasta ahora, apostaba por una coalición frente a un partido instrumental y por que Podemos tuviese más peso. Tras la última reunión con los alcaldes del cambio de A Coruña, Santiago y Ferrol, confió en poder llegar a un acuerdo con cesiones por todas las partes en esos puntos.

Sobre la designación del candidato, por ejemplo, ya se empiezan a cuadrar discursos, priorizando un cabeza de cartel consensuado, pero sin renunciar a primarias o a competencia interna. El único nombre puesto sobre la mesa que más adhesión genera hasta el momento es el del magistrado Luis Villares.

El secretario político y coordinador de programa, Marcelo Armendáriz, reconoció que quieren remar juntos, pero serán la militancia la que decida si lo hacen con la misma papeleta o después de los comicios y por separado. "Sabemos que llegaremos a acuerdos para ser más fuertes, la cuestión es si ese acuerdo será pre o poselectoral, si queremos cerrar un acuerdo previo en modo coalición o ir por separado y trabajar luego juntos para sacar adelante las propuestas", resumió.

Por otro lado, un centenar de personas participaron ayer en el segundo encuentro del Foro Galego, una plataforma nutrida principalmente de exmiembros del BNG -como el alcalde de Vimianzo, Manuel Antelo,- que apuesta por sumarse "de forma individual" a la asamblea constituyente de la Marea gallega prevista para el próximo día 30 y convocada por los alcaldes del cambio.

Además, consideran necesario "dotar de programa y alma gallega a la candidatura de unidad popular" que pueda derrotar al Partido Popular. Y creen que solo pasa por En Marea.