Tráfico se propone sacar de la carretera a los más temerarios al volante. Puede ser fruto del azar, pero en la mayoría de los casos no es casual que un infractor sea sorprendido varias veces sin carné de conducir o bajo los efectos del alcohol o las drogas. Más de 5.000 conductores gallegos son vigilados en sus desplazamientos diarios desde que salen de casa o del trabajo e incluso cuando van a zonas de ocio nocturno por agentes de la Guardia Civil. Desde un segundo plano y de manera discreta, hacen un seguimiento en coches camuflados para comprobar el cumplimiento de la pena impuesta y evitar que se cometa un nuevo delito al volante o que su conducción ponga en peligro su propia seguridad y la del resto de usuarios de las vías.

Desde que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil puso en marcha este plan de seguimiento especial -el dispositivo arrancó en 2008 en la provincia de Ourense y se centraba en conductores sin carné, la cifra de infractores en el punto de mira no deja de crecer-. Así ha pasado del centenar que controlaban hace ocho años a los más de 5.000 que vigilan en la actualidad. Para ello resulta fundamental la colaboración de las distintas unidades policiales, así como transportistas y taxistas, personal de seguridad privada y víctimas de accidentes de tráfico que informan a la Agrupación de aquellos conductores a los que sorprenden cometiendo infracciones graves. Una matrícula basta para que la DGT tenga fichado al infractor y pase a formar parte del plan de seguimiento.

"Con este tipo de conductores de riesgo, no podemos esperar a que cometan la infracción. Se actúa con un objetivo preventivo. Esa es la filosofía: no esperar a que sea demasiado tarde, sino adelantarnos verificando su conducción y comprobando el uso de vehículos peligrosos [por su mantenimiento defectuoso]", destaca el jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia, el teniente coronel, Francisco Javier Molano, al tiempo que quiere "agradecer" la colaboración de distintos colectivos, tanto policiales como del sector del transporte, implicados en el plan de seguimiento y animarles a que continúen facilitando información para identificar a más infractores multirreincidentes y de comportamientos asociales para así poder "apartarlos" de la carretera.

Este dispositivo especial de vigilancia se puso en marcha por primera vez en España en 2008 en Ourense tras detectarse un elevado número de fallecidos sin carné: casi el 60% de los muertos en accidentes de tráfico en la provincia carecían de licencia. Con el plan de seguimiento, en cinco años se logró rebajar ese porcentaje al 5%. Ante estos resultados, la Agrupación de Tráfico extendió los mecanismos de seguimiento al resto de provincias gallegas. Pero ya no se limitaba a conductores sin carné, bien porque habían agotado todos los puntos, se le había retirado por orden judicial o simplemente no había pisado nunca una autoescuela. En la lista de conductores de riesgo incluyeron los reincidentes -bien por consumo de alcohol o drogas o conducción temeraria-, los usuarios de inhibidores de radar, los conductores mayores requeridos a examen médico extraordinario o los propietarios de vehículos antiguos con un estado de mantenimiento defectuoso.

Entre estos más de 5.000 conductores identificados como "de riesgo" están los más de 1.200 que en los últimos diez años, desde la entrada en vigor del carné por puntos, cometieron tantas infracciones que perdieron hasta en dos ocasiones el permiso de conducir. Casi medio centenar, se quedaron sin licencia hasta en tres ocasiones.

Para los agentes resulta fácil fichar a los más infractores al volante ya que al estar delimitada su área de trabajo conocen a los más temerarios del lugar así como el vehículo que conducen. En cada control rutinario o campaña especial de alcohol o drogas, velocidad o estado del vehículo, las patrullas ya saben en el momento de dar el alto si ese conductor tiene antecedentes por conducir con una tasa de alcohol por encima de la permitida, ponerse al volante tras haber consumido alguna droga o incluso si está quebrantando la condena porque le ha sido retirado el permiso de conducir.

Pero la vigilancia de estos infractores va más allá y no se limita a los controles rutinarios. De manera discreta, con coches camuflados, la Agrupación hace un seguimiento específico, controlando "a dónde se desplaza, cómo y cuándo" y en contacto permanente con las patrullas más próximas por si hubiera que interceptarlo para apartarlo de las incidencias de la seguridad vial.

El seguimiento se hace a cualquier hora y en cualquier lugar, pero especialmente se centran en aquellas localidades donde la presencia de las patrullas de Tráfico no es tan habitual ya que se encuentran a más de una hora de distancia de la unidad más cercana. Entre esas áreas de especial vigilancia, donde los conductores creen que "pueden sustraerse" de la acción de la Agrupación, están A Costa da Morte y Melide, A Mariña Lucense o la zona de O Salnés y O Morrazo. En la provincia de Ourense, donde el plan está más avanzado, el control se centra en conductores extranjeros, fundamentalmente de Suiza o Francia que viajan en vacaciones a Galicia y circulan a velocidades elevadas y se creen "en situación de impunidad", y también a automovilistas portugueses que se desplazan a localidades limítrofes para acudir a clubes de alterne. En este colectivo, según advierten desde Tráfico, se han detectado "comportamientos imprudentes, asociales y peligrosos".