Las altas temperaturas del fin de semana y la primavera seca amenazaban con convertir los montes gallegos en un polvorín. En la madrugada del domingo, una parroquia de Baiona fue pasto de las llamas y ayer por la tarde, un incendio entre las localidades ferrolanas San Xurxo y Doniños obligó a movilizar a tres helicópteros y un hidroavión de la Xunta.

Dos focos separados por apenas 300 metros de terreno y un tercero algo más alejado causaron en la madrugada un racimo de incendios forestales en el municipio de Baiona que calcinaron un total de 30,2 hectáreas. Fuegos intencionados, según las primeras conclusiones de la investigación, que apuntan a un mismo autor o autores y que se acercaron a varias casas habitadas y arrasaron el entorno de las antiguas baterías militares de cabo Silleiro. El primero de los fuegos comenzó diez minutos antes de la una de la madrugada y quedó controlado a primera hora de la mañana de ayer. Según las primeras estimaciones, la superficie afectada alcanzó las 19,5 hectáreas de monte raso. Los otros dos fuegos en la parroquia de Baiona comenzaron escasos minutos después de la una de la madrugada y afectaron a una superficie de alrededor de 10 hectáreas. Los dos últimos quedaron estabilizados a las 10.00 horas y controlados a mediodía.

El fuego en Baiona devoró una extensión de maleza, monte bajo y eucaliptos. Las viviendas más próximas estaban a 300 metros de los focos por lo que no corrían riesgo y no tuvieron que ser desalojadas. Las llamas se avivaron cuando afectaron a las zarzas y tojo, porque cogió más fuerza.

El fuego registrado ayer por la tarde en la parroquia de San Xurxo, en el municipio de Ferrol, obligó a cortar la CP-3607, la carretera que une este lugar con el casco urbano, para facilitar el trabajo de los servicios de extinción.

Según informó la Consellería do Medio Rural, las llamas en la zona comenzaron sobre las 17.23 horas y lograron ser estabilizadas a las 19.45 horas. Según las primeras estimaciones provisionales, la superficie afectada es de dos hectáreas.