El número de viviendas nuevas sin vender ha registrado un importante descenso durante el pasado año en la comunidad gallega, bastante más acusado que la media nacional. El Ministerio de Fomento ha cifrado en 26.445 los pisos de nueva planta pendientes de encontrar comprador a 31 de diciembre de 2015, lo que representa un 8,34% menos que hace un año. Este ajuste, de 2.407 inmuebles, se produce, no obstante, en un momento en que la construcción de vivienda nueva se mueve en valores mínimos en Galicia, dado que el sector arrastra todavía las secuelas de la crisis. De hecho, el pasado año, según los datos del IGE, solo se levantaron 1.163 pisos de nueva planta, una cifra que nada tiene que ver con los 45.000 construidos en 2007 y que justifica, entre otras razones, la reducción del stock, puesto que apenas se está incorporando vivienda al mercado.

Los niveles máximos de pisos nuevos sin vender se alcanzaron en el año 2010, con casi 39.300 inmuebles, ya que por entonces la crisis dominaba el escenario socioeconómico, lo que frenó el mercado, mientras que seguían engordando el stock las construcciones que se iban terminando y que se habían iniciado años antes, en la época de bonanza. Desde entonces, la cifra se ha ido reduciendo paulatinamente, ayudado sobre todo porque también se dejaron de levantar nuevas promociones ante el más que incierto futuro sobre su venta.

Los datos del IGE son muy elocuentes en ese sentido. En el año 2006 se construyeron más de 41.000 viviendas, para subir a las 45.600 al año siguiente. Ya en 2008, con los primeros índices de saturación del mercado, se levantaron 23.163 y a partir de entonces las cifras cayeron estrepitosamente, para bajar a 7.400 en 2009, a 4.800 en 2010 y quedar por debajo de las 1.200 en 2014 y 2015.

En todo caso, los promotores inmobiliarios matizan que en Galicia existe muy poco stock de primera vivienda y que casi toda la bolsa de pisos sin vender corresponde a segundas residencias. Las cifras más abultadas se dan en la provincia de A Coruña, con 11.466 viviendas a la espera de comprador, mientras que en Pontevedra ascienden a 9.096 y en Lugo y Ourense se acercan a las 3.000.

La reducción en un año fue del 8,34% en Galicia, el doble que el descenso experimentado en el conjunto de España, que fue del 4%. Solo en el País Vasco y Navarra la contracción del stock de vivienda nueva fue más acentuado que en Galicia, si bien en la comunidad navarra apenas existía ya bolsa de pisos sin vender.

En Galicia, la mayor caída se produjo en la provincia de Lugo, con un descenso del 17%, mientras que en A Coruña fue del 9,34%, en Pontevedra del 5,86% y en Ourense, del 1,72%. En el conjunto de España, las viviendas nuevas sin vender ascienden a 513.848, si bien tres comunidades acumulan la mitad del total nacional. Son Valencia, donde hay 95.110 pisos en el mercado; Cataluña, con 80.373 y Andalucía, con 79.042, tres territorios donde más se prodigan las viviendas destinadas a segunda residencia y en las que más se explotó, en los tiempos de bonanza económica, el boom del ladrillo.