Los delitos ambientales crecieron un 33 por ciento en Galicia en 2015 hasta los 762, entre ellos 451 incendios forestales, un 27 % por ciento más que los 354 fuegos de 2014, ha informado hoy el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes.

Suanzes ha participado en la junta de fiscales de Medio Ambiente en la que han participado el fiscal delegado en esta materia, Álvaro García Ortiz, y las representantes de Lugo, Lucía Girón; Ourense, Carmen Eiró; y Pontevedra, Natividad Gurriarán.

El fiscal superior ha avanzado datos de la memoria de 2015, que muestra un incremento en el número de delitos ambientales en Galicia, pues fueron incoados 762 casos, un 33 por ciento más que durante el año anterior, cuando hubo 572.

Una vez más los incendios forestales representan la mayoría de los casos, con 451 en 2015, un 27 % por ciento más que los 354 del año anterior.

Por provincias, en 2015 hubo 170 delitos de incendio forestal incoados en Ourense, 111 en Pontevedra, 100 en A Coruña y otros setenta en Lugo

De esta reunión saldrá una "comunicación" que se enviará a los fiscales gallegos para que actúen con un criterio común en estos casos que han derivado en 73 sentencias durante 2015, con un 30 por ciento de aumento.

Álvaro García Ortiz, que anticipa un "repunte" en las sentencias para este año por la "agilidad" de los procedimientos, detalla que "los incendios forestales vuelven a ser y son una preocupación social y, por lo tanto, una preocupación para la Fiscalía".

Aclara que "el trabajo de la Fiscalía no es solo el del verano" porque "las labores de investigación que se realizan durante todo el año" y en estas resulta fundamental la labor de las "fuerzas de seguridad del Estado", en concreto de la Policía Nacional adscrita a la comunidad autónoma y la Guardia Civil.

Los fiscales envían a Madrid los datos sobre puntos de riesgo, que con "vertederos, líneas eléctricas y áreas recreativas", pero en Galicia son "más significativos" los casos en que "se emplea maquinaria durante momentos de alerta".

También se ha solicitado un resumen concreto de "una fuente de riesgo ya conocida, pero que ha saltado a la opinión pública, que son los puntos de acumulación de neumáticos como el de Seseña", que en A Coruña son cuatro y se recopilan los datos del resto de la comunidad.

Reconoce que hay otros puntos, como las vías férreas, que en el pasado tenían grandes riesgos, pero estos se han reducido gracias al trabajo continuo.

Detalla, además, que el sistema de la Fiscalía gallega, con turnos, garantiza que en todos los juzgados habrá en cualquier momento un fiscal preparado para actuar si se detecta cualquier hecho presuntamente delictivo, como son los incendios, tanto intencionados como imprudentes.

El perfil del incendiario es el de una persona que actúa sola, normalmente un hombre, y siempre mayores de cuarenta años que viven solos, en entornos rurales, tienen algún problema de sociabilidad, a veces vinculado con una patología concreta o consumos o hábitos asociales, además de problemas familiares o en el entorno, ha destacado.

García Ortiz aclara que "nunca" se encuentran "tramas organizadas ni grupos concretos o de presión", pues muchas veces se imagina que los incendios están vinculados a "drogas, urbanismo o protestas", pero eso se descarta, pues cuando son grupos se trata de un conjunto "de menores".