Varón mayor de 40 años, residente en entornos rurales y en la localidad donde se produce el incendio, delinque en solitario, con algún problema de sociabilidad, a veces vinculado con una patología concreta o consumos o hábitos asociales, además de problemas familiares o en el entorno. Ese es el perfil del incendiario que actúa en los montes gallegos, según detalló ayer el fiscal delegado de Medio Ambiente en Galicia.

García Ortiz aclaró además que "nunca" se encuentran "tramas organizadas ni grupos concretos o de presión", ya que muchas veces se imagina que los incendios están vinculados a "drogas, urbanismo o protestas", pero eso se descarta, pues cuando son grupos se trata de un conjunto "de menores".

Un informe encargado en 2010 por la Fiscalía gallega sobre los incendios forestales en la comunidad revela que ocho de cada diez detenidos carecían de antecedentes policiales, el 11,6% de los incendiarios fueron quienes avisaron de los hechos a las fuerzas de seguridad o a los servicios de emergencia y casi el 20% ayudaron en la extinción. Uno de cada cinco fuegos, según el estudio del Ministerio fiscal, fue provocado por intereses económicos: cambios de uso del suelo o incluso lograr un contrato como brigadista.