La Mesa del Congreso rechazó ayer la petición de En Marea y a la valenciana para contar con grupo propio parlamentario, ante lo que las confluencias de Podemos en Galicia y la Comunidad Valenciana reaccionarán integrándose en el grupo de Unidos Podemos y reclamando ante el Tribunal Constitucional su demanda. La respuesta previsiblemente se demorará años.

El órgano que dirige el hemiciclo, presidido por la popular Ana Pastor, alega que En Marea incumple el reglamento, que prohibe que formaciones que no se han enfrentado en las elecciones formen grupo propio y considera que forman un todo con Unidos Podemos, alianza estatal del partido morado e Izquierda Unida. En el caso gallego se suma Anova; en el valenciano, Compromís.

Alexandra Fernández consideró la decisión "absolutamente arbitraria" y denunció una "doble vara de medir", pues existen precedentes de grupos constituidos sin cumplir los requisitos. En Marea sí alcanza el mínimo del 15% de votos en todas las provincias en las que se presentó y los cinco diputados.

La portavoz aseguró que, de momento, negociarán su papel en Unidos Podemos, reclamando una viceportavocía como En Comú. Previsiblemente se llegará a un acuerdo similar al de la minilegislatura anterior.

La Mesa del Congreso aplazó hasta la próxima semana la decisión sobre el grupo de Convergencia Democrática de Cataluña, que no logró el 15% de votos en todas las provincias. Sin embargo, podría lograr grupo propio.