Los ciudadanos gallegos sabrán hoy si el 25 de septiembre tienen una cita con las urnas para renovar el Parlamento autonómico y, posteriormente, el Ejecutivo. El plazo mínimo legal para convocar los comicios coincidiendo con las elecciones vascas concluye mañana, por lo que el presidente Alberto Núñez Feijóo debería convocar de urgencia hoy a su Consello para anunciar la cita y mañana publicar el decreto que disolviese la Cámara y marcase en rojo la fecha en el calendario. Al cierre de esta edición, la agenda oficial de la Xunta incluía actos matutinos ordinarios de Alberto Núñez Feijóo en A Coruña y Arteixo y de sus conselleiros en el resto de provincias, lo que en principio parecería descartar la reunión de su gabinete para convocar las elecciones el 25-S. En caso de no elegir esa jornada, mantendría su promesa de octubre y entonces la fecha con más probabilidades es el 23-O.

El silencio se mantenía ayer alrededor de Feijóo y su círculo más cercano, que reconoce que hoy se despejará una duda, aunque no aclaran si anunciará la fecha de las elecciones en caso de no elegir el 25-S.

El plan inicial del presidente de la Xunta y líder del PP gallego pasaba por octubre, pero también defendía que los comicios coincidiesen con los vascos. El lehendakari Íñigo Urkullu los fijó el 25 de septiembre y obligó a Feijóo a una reflexión cuyo resultado se conocerá hoy. "En mi idea sobre la fecha he dicho que serían en octubre y también defendía que debíamos procurar que se celebrasen con las vascas. Una cosa y otra a la vez ya no es posible y, dentro de este nuevo contexto, tomaré la decisión que entiendo es más consecuente con lo que defiendo y más responsable", alegó en una entrevista con Europa Press.

El 25-S solo ofrece ventajas para el PP y el único inconveniente de incumplir la promesa de Feijóo por apenas una semana. Esa jornada restaría tiempo a sus rivales de En Marea y Podemos para afianzar sus proyectos e incluso permitiría la justificación de modificar el compromiso inicial por coincidir con las vascas. También evitaría un solapamiento con unas hipotéticas terceras elecciones generales -que podrían ser el 23 de octubre- y que la campaña coincidiese con el inicio del juicio de la trama Gürtel, que arranca el 4 de octubre con la previsión de que varios ministros de la era Aznar desfilen para testificar. Por esos motivos, la maquinaria del PP trabaja pensando en estar lista para esa fecha. De todas maneras, la precampaña arrancará a tope de intensidad nada más concluir las vacaciones de agosto. Y el PP estará listo para esa fecha, pero también para octubre.

El mantenimiento de una agenda ordinaria en el caso de Feijóo y del resto de conselleiros en diversas provincias era interpretado ayer como una muestra de que Feijóo descartaría finalmente el 25-S, a pesar de las ventajas que le ofrecería sobre el papel, reconocidas por el PP en privado. De ser así, también quedaría fuera del plan el 2 de octubre, pues por una semana no incumpliría su deseo de que los gallegos votasen al mismo tiempo que los vascos.

La fecha alternativa que gana enteros es el 23 de octubre, a tenor de algunos movimientos realizados por parte de la administración en relación a los dispositivos electorales. De esa manera, Feijóo podría mantener su palabra.

Ganando tiempo, además, el equipo económico de Feijóo podría perfilar aún más el presupuesto del año próximo, que no podría aprobar por falta de Gobierno central que autorice su techo de gasto. Pero dejaría lista la documentación para poder darle luz verde a comienzos del año próximo, siempre que lograsen escaños suficientes para mantener la mayoría en la Cámara. Por primera vez, las opciones de lograr algún escaño de Ciudadanos permitirían al PP tener opciones de gobernar sin mayoría absoluta.