El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, aparcó por unos días las negociaciones de cara al debate de investidura y decidió tomarse unos días de descanso en O Salnés. Fiel a sus costumbres, recorrió de nuevo la Ruta da Pedra e da Auga, que discurre por los municipios de Ribadumia y Meis. Colgó el traje, se puso las zapatillas e hizo un impasse en medio de las duras negociaciones para conseguir conformar gobierno en Madrid. Como de costumbre, Rajoy no realizó el recorrido solo. Además de los agentes de seguridad que vigilaban cada movimiento del presidente del PP, estuvo acompañado como de costumbre por su amigo José Benito Suárez Costa, presidente de la Autoridad Portuaria de Marín y Pontevedra y marido de la nueva presidenta del Congreso de los Diputados y antes ministra de Fomento, Ana Pastor.

A falta de ocho minutos para las nueve de la mañana, una hora propicia para hacer ejercicio ya que la temperatura todavía no había subido hasta niveles sofocantes, Mariano Rajoy y José Benito Suárez iniciaron su recorrido en la Aldea de Pedra y en poco más de media hora, sobre las 09.30 horas, enfilaron el entorno del monasterio de Santa María de Armenteira para después hacer el recorrido inverso. En su rápida caminata por la Ruta da Pedra e da Auga, el presidente del Gobierno en funciones y su acompañante se toparon con varios excursionistas y peregrinos que también cubrían a pie el mismo trayecto.

Vestido de manera informal y con prendas propias de la actividad deportiva -un polo rojo y un pantalón corto azul - Rajoy sí se dejó ver en esta ocasión, al contrario que en el puente del Apóstol, cuando, a pesar de la expectación que despertó su visita, los lugareños se quedaron con las ganas de verlo.

La inestabilidad de la situación política española, con dos citas electorales en solo medio año y sin que se descarte una tercera, y la complejidad de las negociaciones para presentarse a la sesión de investidura, no han impedido que Mariano Rajoy se acerque a su tierra, aunque sea con una visita fugaz para regresar de nuevo a la Moncloa, donde el camino para formar gobierno todavía no está despejado. El plan vacacional de Rajoy consistirá en desplazarse a su tierra los fines de semana de agosto, e incluso alargarlos, pero regresará a Madrid durante la semana para asistir a los encuentros que tengan lugar en la capital con otros líderes políticos de cara a recabar los apoyos que necesita para superar una investidura.