Los votos tienen un peso distinto según la provincia donde esté la urna. No vale lo mismo un sufragio en A Coruña que en Madrid. Y dentro de la propia comunidad, lograr un diputado por la circunscripción de A Coruña cuesta casi el doble que tenerlo por Lugo. La propuesta lanzada el martes por Albert Rivera sobre la reforma de la ley electoral para evitar la "sobrerrepresentación" de algunas provincias en el reparto de asientos en el Congreso y que amenaza con restar diputados a la comunidad en la Cámara baja, donde actualmente cuenta con 23 escaños, fue avalada ayer de plano por Ciudadanos Galicia. "Apostamos por una ley electoral en la que los votos de todos los ciudadanos, vivan donde vivan, cuenten lo mismo", defiende Cristina Losada, candidata a la Xunta de la formación naranja. "En un país democrático, todos los partidos debemos tener las mismas oportunidades", argumenta la periodista viguesa, para quien la actual ley es "obsoleta" e "injusta" por crear "ciudadanos de segunda".

BNG y En Marea tienen su propia propuesta de reforma electoral. Coinciden en apostar por la proporcionalidad que defiende Ciudadanos pero difieren en la fórmula para conseguirlo. Tanto los nacionalistas gallegos como las llamadas fuerzas del cambio defienden que la circunscripción sea la propia comunidad y no las provincias, lo que no restaría diputados a cada territorio sino que simplemente variaría el reparto entre las cuatro provincias gallegas. Este modelo beneficiaría a ambas formaciones ya que rentabilizarían los votos de Lugo y Ourense, provincias en las que en la actualidad basta con obtener 50.000 sufragios para conseguir un asiento en el Congreso, mientras que el precio en A Coruña y Pontevedra es mucho mayor: 84.000 y 82.000 respectivamente.

Rechazo del PSdeG

El PSdeG se opone a la reforma que reclama Rivera, quien propone a Mariano Rajoy la creación de una circunscripción electoral única frente a las 52 actuales -una por provincia- que permita "un reparto equilibrado del censo electoral para evitar la sobrerrepresentación de circunscripciones". Los socialistas gallegos advierten de que "nunca" apoyarán una reforma de la ley "que perjudique a Galicia y a su representación en el Congreso". Recuerdan que una posible modificación de la Ley Electoral o de alguno de sus artículos "debe llegar después de un largo periodo de reflexión y de diálogo parlamentario", del que -añaden- "por supuesto deben formar parte los socialistas".

Desde el PP gallego eludieron pronunciarse sobre la propuesta de Ciudadanos que Rajoy llevará a debate el miércoles al Comité Ejecutivo Nacional. El órgano está compuesto por casi un centenar de dirigentes del partido, entre los que figuran la cúpula de Génova, los barones territoriales como Alberto Núñez Feijóo y militantes destacados como Soraya Sáenz de Santamaría, José María Aznar e incluso algunos imputados o procesados.

El actual sistema electoral beneficia a las formaciones más votadas y también a aquellos partidos nacionalistas que aúnan su granero de votos en determinadas provincias. A modo de ejemplo, PP y PNV solo necesitaron 57.000 papeletas para obtener un diputado. Por el contrario, los partidos minoritarios, como es el caso de Ciudadanos, resultan los más perjudicados ya que tienen el voto muy disperso por todo el territorio nacional. En los comicios del 26-J, el partido de Rivera tuvo que cosechar más de 97.000 votos para hacerse con un escaño. Con la reforma que plantea la formación naranja, pasando de las actuales 52 circunscripciones electorales se pasase a una única, C's habría sumado 15 escaños más.

Desde En Marea, la diputada en el Congreso Yolanda Díaz, defiende "proporcionalidad" en el reparto de escaños y que se vote" como gallegos" no como "coruñeses o lucense". Y para ello propone que sea la comunidad autónoma la circunscripción así como que se elimine la barrera legal del 3% (porcentaje mínimo de votos para conseguir un escaño en el Congreso) y también del 5% en el caso de Galicia. "No se puede votar con esa distorsión entre provincias. Deben valer lo mismo los votos de A Coruña que los de Lugo", sentencia Díaz.

La misma "reivindicación histórica plantea" el BNG. "El cambio tiene que ser radical y debe pasar por convertir a la comunidad en circunscripción electoral", proclama Rubén Cela, miembro de la ejecutiva del Bloque. "Eso -aclara- no implicaría pérdida de escaños para Galicia, sino una reorganización en el reparto entre provincias". Defiende además un modelo de reparto proporcional, ya que -recuerda- la Ley de D'Hont beneficia a los partidos más votados, así como un sistema "transparente" para el voto exterior.

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