No ha sido una noche fácil para Cualedro, en Ourense, donde el fuego continúa siendo una amenaza para sus terrenos. Ourense y Lugo se centran en sofocar tres nuevos incendios que se suman a la potente ola que hasta hace unas horas arrasó más de 6.300 hectáreas en Galicia, una cifra que ahora supera las 6.800 hectáreas.

Según indica Medio Rural, en Cualedro permanece activo un fuego que arrasó con más de 450 hectáreas y en el que trabajan tres técnicos, diez agentes, 29 brigadas, 14 motobombas, tres palas, siete helicópteros y cinco aviones.

A este incendio se suma una nueva alerta en Vilardevós, donde ya se han quemado más de 54 hectáreas, según las primeras estimaciones de Medio Rural. En la zona trabajan un técnico, tres agentes, diez brigadas, seis motobombas, cinco helicópteros y cuatro aviones. Además, sobre las dos de la tarde se detectó una nueva alerta por un incendio en el concello lugués de Negreira de Muñiz, en la parroquia de Barcela. Allí trabajan seis agentes, 16 brigadas, 10 motobombas, una pala y seis helicópteros. Las llamas ya están controladas después de arrasar cerca de 50 hectáreas.

Desde la Xunta señalan que están controlados los fuegos de Baralla (60 hectáreas), Porto do Son (1.000 hectáreas), Arbo (1.538 hectáreas, el más voraz), Crecente (300 hectáreas) y Santiago (800 hectáreas). Además de las labores de extinción, en las que todavía siguen trabajando numerosos profesionales, en zonas como Cotobade, que registró tres fuegos, se están realizando exhaustivos controles para frenar a los incendiarios. Se trata del municipio más afectado por el fuego de la comarca de Pontevedra y, al limitar con otros cinco, puede convertirse en un blanco perfecto para posibles pirómanos.

Desde Medio Rural señalan que ya están extinguidos los fuegos de Toro, que afectó a 16,5 hectáreas; Avión, donde se calcinaron 334 hectáreas; Cerdedo, con 20 hectáreas; Catoira, con un centenar y los dos de Soutomaior -Arcade, con 300, Cotobade -Carballedo, con 54 hectáreas- y Soutomaior con otro tanto-.

Por ahora, el sur de la comunidad gallega continúa en riesgo extremo de incendio, tal y como recoge la Consellería de Medio Rural. Se trata de un índice que mide factores como la situación meteorológica, el estado de la biomasa vegetal o de las infraestructuras preventivas para determinar si el terreno podría ser víctima de un fuego.