El adiós de Reino Unido a la Unión Europea amenaza con forzar una revisión anticipada de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), aprobada de forma definitiva el año pasado, con meses de retraso, tras arduos debates en los que siempre Gran Bretaña hizo valer su postura híper crítica con la única política realmente común que queda en la UE.

Los ingleses siempre han visto con malos ojos una PAC que sin embargo, les ayudó a librar la dura batalla de las vacas locas, surgidas de tierras inglesas, que dio lugar a la crisis alimentaria más grave conocida en la Unión Europea hasta la actualidad.

Los fondos agrarios se llevan el 40% del presupuesto comunitario. Aunque Reino Unido es uno de los contribuidores netos, (los países que aportan a las arcas comunes más de lo que reciben), los expertos creen que las ayudas al campo podrán resistir una pérdida estimada en un 3% de los fondos anuales, que se compensarían por otras vías.

Las arcas agrarias comunitarias perderán entre 5.000 y 7.000 millones de euros al año. Gran Bretaña ha aportado hasta la fecha el 10,5% del presupuesto total. Pero en el terreno agrícola suma solo el 5% de las partidas. Según estas cuentas los gastos de la PAC tendrían que reducirse entre un 3 y un 5% en los fondos que percibe España, que cada año suponen en Asturias unos 50 millones de euros que se reparten entre más de 10.000 beneficiarios.

De ahí que la tesis de una revisión de la PAC, de la que por otro lado, se habla desde hace meses, tome cuerpo en los despachos de Bruselas. Al comisario Phil Hogan, irlandés, para más señas, ya le tocó en 2014 el difícil papel de heredar y echar a rodar la reforma gestada por su antecesor Dacian Ciolos, y ahora tendrá que hacer encaje de bolillos para cuadrar las cuentas. Una de las ventajas para la Europa unida es que la PAC es la política de la UE en la que esa posición de contribuyente neto del Reino Unido es más débil, precisamente por esa escasa simpatía que los diferentes gobiernos ingleses han demostrado ante la PAC, (CAP por sus siglas en inglés).

Por el contrario, el impacto del Brexit será más acusado en el sector agrícola y alimentario británico y en los flujos comerciales con el resto de los estados.

Los agricultores y ganaderos de las Islas Británicas dejarán de recibir ayudas, que han ascendido a unos 3.700 millones de euros en los pasados ejercicios.

Las repercusiones del Brexit también llegan al sector agroalimentario gallego, que sobre todo exporta a Reino Unido carne de vacuno y porcino, patatas y vino. Unos 95 millones de euros al año que aportaba Londres a las cuentas de los ganaderos y agricultores en Galicia. Esta cantidad representa casi el 9% de los 1.097 millones de euros que el año pasado generaron el total de las mercancías enviadas a Reino Unido desde la comunidad gallega, según las estadísticas del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).

El mercado británico está entre los que más aporta a Galicia en la balanza de exportaciones. Con casi 1.100 millones de euros anuales ocupa el cuarto puesto en un ranking, liderado por Francia con 4,9 millones si bien el país galo también es eminente exportador y Reino Unido se caracteriza por importar la mayoría de los productos de otros Estados.

Por encima del mercado anglosajón se sitúa también Portugal, al importar el año pasado mercancías desde Galicia por 2,3 millones e Italia con 1,5 millones. El valor del comercio exterior de Galicia con Reino Unido creció en el último año un 30% respecto a los 845 millones de 2014. En el caso del sector agroalimentario, la cifra subió un 14% al pasar de 84 a 95 millones.

Estudio del impacto

El rendimiento del presupuesto de la PAC para el Reino Unido es de 57 centavos de dólar. Hasta ahora, Gran Bretaña ha recibido esa cantidad por cada euro cedido al presupuesto de la PAC, un rendimiento más alto que el de otros apartados, debido a los desequilibrios relacionados con la política regional.

Algunas comunidades ya han tomado la iniciativa para reducir al mínimo el impacto sobre sus agricultores y ganaderos. Andalucía, la autonomía que más dinero agrario recibe, elaborará un estudio de impacto del Brexit sobre el sector agroalimentario andaluz, que tendrá en cuenta el efecto sobre la distribución de las ayudas.

La ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, aseguró que aunque en otras condiciones, el mercado británico se mantendrá para los productos españoles. Añadió que las repercusiones no serán a corto plazo.