La situación mejora poco a poco en los montes gallegos. En el sexto día de la ola de incendios que ya arrasó más de 6.500 hectáreas, la Xunta desactivó las alertas por amenazas a la población que mantenía por los fuegos en Arbo (casi 1.600 hectáreas), el municipio más castigado por las llamas este verano, y Porto do Son (cerca de mil hectáreas). Para tratar de minimizar el impacto de los focos que durante esta semana asolaron las provincias de A Coruña, Pontevedra y Ourense, la Xunta se ha puesto a diseñar en un plan de prevención ante una posible pérdida de suelo en zonas devastadas.

En los próximos días, la Consellería de Medio Rural se reunirá con otros departamentos autonómicos para coordinar las actuaciones y definir cuáles son las acciones más adecuadas para evitar los daños provocados por los arrastres y la erosión. Para ello, se llevarán a cabo diversos estudios para ver qué medidas conviene desarrollar, en función del tipo de incendio del que se trate y de los daños concretos en los suelos. El objetivo, según informó la Xunta en un comunicado, es planificar las acciones a llevar a cabo sobre el terreno, seleccionando las áreas en las que actuar y dándole prioridad a las zonas más castigadas por el fuego.

Medio Rural también trabajará conjuntamente con la Consellería del Mar para evaluar aquellas zonas más sensibles en cuanto a la posible incidencia del arrastre de tierras en los bancos marisqueros.

El departamento que dirige Ángeles Vázquez ya ha desarrollado en numerosas ocasiones la técnica denominada mulching, que consiste en proteger el suelo cubriéndolo con un material, principalmente paja, para protegerlo de la erosión. En función de las características del terreno, el mulching se puede aplicar mediante medios terrestres o aéreos.

"Dados los buenos resultados, se está evaluando volver a emplear esta técnica en las zonas más altas, con mayor pendiente y en cabeceras de cuencas hidrográficas", detallan desde la Consellería de Medio Rural, al tiempo que destacan que el resultado logrado en ocasiones anteriores fue bueno, ya que se apreció una reducción de los arrastres, lo cual disminuye la pérdida de suelo y la llegada de sedimentos a los lechos de los ríos y a mar, de forma que se consigue preservar la calidad del agua y el inicio de la regeneración de vegetación, que contribuye a la consolidación del suelo.

Balance

Los montes gallegos son los más afectados por las llamas en lo que va de año. Galicia concentra una de cada tres hectáreas que desde enero fueron reducidas a cenizas. En total más de 27.000 hectáreas arrasadas por los incendios ocurridos en España desde el pasado enero, de las que casi 7.000 fueron devastadas en Galicia desde el lunes.

Durante esta semana, los servicios contraincendios y los propios vecinos mantuvieron una intensa batalla contra las llamas y las brasas en una veintena de puntos de Galicia, la mayoría en el sur de la provincia de Pontevedra y la zona del Barbanza, entre las rías de Muros y Noia y de Arousa.

El lunes comenzaron los primeros focos en la comunidad. Y fue el martes cuando se declararon los incendios de gran magnitud en el sur de Galicia, donde los vecinos de varias localidades como Soutomaior, Arbo o Crecente se vieron amenazados por las llamas, algunos por segunda vez en la última década, informa Efe.

Así lo narra Ana Couñiago, vecina de la parroquia de San Martiño de Ventosela, en el municipio de Redondela, un lugar que se ha visto gravemente afectado por el incendio iniciado en la tarde del martes en Soutomaior, y que se extendió rápidamente debido a las fuertes rachas de viento, que dificultaron su control. "Esto ya lo vivimos en el 2006, cuando un incendio afectó a nuestra casa y a dos más, pero esta vez fueron más casas. Venían a apagar alrededor de la nuestra y se tenían que ir a otra y a otra", narraba esta mujer mientras se lamentaba, a escasos metros de su vivienda, de cómo la zona boscosa que antes envolvía el lugar se había cubierto de ceniza y humo.

Los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias que se desplazaron hasta allí para hacer frente a las llamas ubicaron su base ante la vivienda en la que Ana Couñiago reside con su familia, que se vio amenazada por las llamas en este incendio que obligó a evacuar a decenas de vecinos de la parroquia y a los niños de un centro de Aldeas Infantiles.

Esta situación se repitió en numerosos núcleos rurales que tuvieron que ser desalojados por las llamas en los últimos días, y el humo también obligó a evacuar un camping en la parroquia de Oleiros, en Ribeira (A Coruña)

"Las llamas pasaban por encima de la casa", explicó Ana Couñiago, que, al igual que sus vecinos, colaboró en las labores de extinción, mano a mano con los equipos de extinción hasta "las cinco de la mañana", cuando todavía quedaban rescoldos.

En Arbo, como en otras localidades de las provincias de A Coruña, de Ourense y de Pontevedra, los vecinos viven con cubos de agua apostados en las puertas de sus casas, con tractores con cisternas recorriendo continuamente los caminos de tierra para humedecerlos a modo de cortafuegos y con mangueras que utilizan para ayudar a bomberos, profesionales y helicópteros.

El municipio pontevedrés de Arbo fue el más afectado por los incendios, la mayoría intencionados como reconoció esta semana el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

A la mujer detenida in fraganti en medio de un monte de Cerceda y tras dejar siete velas encendidas en distintos puntos y a la que le imputan 15 fuegos, se suma un nuevo arrestado. En Vimianzo, la Guardia Civil arrestó un hombre que presuntamente causó un incendio que calcinó 100 hectáreas. Los agentes practicaron la detención el viernes por la tarde en Ponte do Porto y le imputan el presunto delito de incendio forestal. Los investigadores sospechan que prendió el fuego a las once de la noche del pasado miércoles, que afectó a unas cien hectáreas y provocó la evacuación de varias viviendas en la zona de Cures. La Guardia Civil señala que desde que arrancó la ola de incendios de esta última semana mantiene abiertas diferentes investigaciones para intentar dar con los autores de los fuegos.