Nunca en la historia de Galicia se celebró un debate entre los candidatos a la Presidencia de la Xunta que sentase a una misma mesa a más de dos dirigentes y durante más de tres lustros los gallegos acudieron a las urnas sin ver un duelo entre cabezas de cartel tras el que protagonizaron en 1993 Manuel Fraga y el joven socialista Antolín Sánchez Presedo.

No fue hasta 2008 cuando los líderes de las tres fuerzas parlamentarias gallegas se midieron en un plató. Emilio Pérez Touriño (PSdeG), Anxo Quintana (BNG) -presidente y vicepresidente del bipartito, respectivamente- y Alberto Núñez Feijóo (PP), debatieron a cuenta de las generales un año antes de las autonómicas en que el último recuperaría la mayoría absoluta popular y, con ella, la Xunta.

A partir de entonces, la postura de Feijóo acerca de los debates comenzó a oscilar. En la campaña, el entonces aspirante rechazó el modelo que había aceptado antes. Era un "teatrillo", un dos contra uno sobre el que se parapetaba un "cobarde" Touriño. No hubo debate.

Pasaron tres años largos -Feijóo adelantó unos meses los comicios- y en 2012 sí se produjo combate dialéctico, pero tampoco bajo el formato a tres, sino con tres cara a cara entre Feijóo, Pachi Vázquez y Jorquera. El duelo entre estos dos últimos, potenciales socios, resultó una sesión de spa. La AGE de Beiras fue apartada, alegando su falta de presencia parlamentaria. Ahora, En Marea y Ciudadanos, con asientos en el Congreso, sí tendrán presencia en un combate a cinco.