Nunca tantas miradas de la política estatal se posaron sobre Cotobade. La localidad pontevedresa acoge esta mañana la apertura del curso político a cargo del líder del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que llega a la cita en un momento clave. El martes se abrirá la sesión de investidura y todavía no tiene garantizada su elección. De fracasar, su segundo intento se produciría tras las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre y la gobernabilidad estatal eclipsaría en parte la campaña autonómica que se inicia el viernes día 9 con el fantasma de las terceras generales el día de Navidad.

Por primera vez en una década, los populares deberán realizar su tradicional acto para dar el pistoletazo de salida al curso político fuera del castillo de Soutomaior, al que no le ha facilitado el acceso la Diputación de Pontevedra, gobernada por PSdeG y BNG. También llegan a la cita en un momento delicado e inédito desde la Transición: sin presidente del Gobierno electo tras dos elecciones generales en seis meses. El PP y Ciudadanos negocian desde hace días el apoyo de estos a la investidura de Rajoy, aspecto sobre el que previsiblemente opinará hoy el dirigente gallego. Este no ha conseguido, de momento, mover al PSOE hacia la abstención y su designación parece bloqueada mientras en Galicia la precampaña está lanzada.

De fracasar en su intento de martes y miércoles, Rajoy podría intentar otro confiando en un cambio de postura a los resultados en Galicia, donde una mayoría absoluta de Feijóo reforzaría al PP y debilitaría al PSOE, y Euskadi, tras las que podría ser más fácil algún entendimiento con el PNV. El debate estatal pesaría en una campaña gallega donde los populares fían gran parte de su apuesta al propio Feijóo, que perdería foco.

El presidente de la Xunta, que acompañará a su jefe de filas en la tribuna junto al presidente provincial del partido, Alfonso Rueda, y al joven alcalde de Cotobade, Jorge Cubela, realizó ayer un balance de su gestión desde 2012. "Me vuelvo a presentar porque objetivamente Galicia está mejor que en 2012, y sabemos que Galicia en 2020 puede estar mejor", aseguró señalando su "trabajo" como aval.

En un acto en Castro de Rei (Lugo) diferenció esa característica de una nueva política que considera superficial. "Hay quien considera que una ideología entra en 140 caracteres cuando en Galicia harían falta 2,8 millones de tuits", afeó, según Efe.