"Las cosas van bien, pero pueden dejar de ir bien". El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, intensificó ayer la presión sobre el PSOE para que se abstenga y no bloquee su investidura y la formación de un nuevo Ejecutivo en la sesión que arranca el martes en el Congreso. Lo hizo mediante una advertencia: la economía puede caerse de nuevo y volver a los años más duros de la recesión debido a la inestabilidad política. "Son muchos los avisos que recibimos, dentro y fuera de España, de que no puede prolongarse esta situación en el tiempo. Sería tremendo que la irresponsabilidad de algunos nos llevase a la situación de crisis que tuvimos", alertó sobre la posibilidad de ir a unas terceras generales. "Corremos serio riesgo", reconoció después de lanzar un llamamiento a los socialistas y a su sentido de Estado. En juego, "los intereses y la vida de millones de ciudadanos". Y el antídoto, en Galicia, donde la "estabilidad" de la Xunta de Feijóo debe mantenerse para no comprometer el bienestar de la población en caso de que un "cuatripartito" llegase al poder, si bien la alternativa pasaría por En Marea, PSdeG y BNG. Ese modelo debe imperar también, argumentaron ambos, en España.

Rajoy desembarcó en Cotobade en el tradicional acto de apertura del curso político de los populares, que por primera vez en una década no se celebró en el castillo de Soutomaior, no cedido por la Diputación de Pontevedra gobernada por PSOE y BNG. Fue una cita paradójica, pues el debate político no ha cesado en verano ante la falta de concreción de una mayoría parlamentaria tras el 26-J. El mitin de ayer ponía fin al descanso de Rajoy en Galicia y marcaba su mensaje antes de una nueva semana decisiva en el bucle político en que se ha instalado España. Las opciones son que Rajoy logre ser investido esta semana o falle y lo intente tras las autonómicas gallegas y vascas del 25-S. Si tampoco lo logra entonces, se convocarán elecciones el día de Navidad, las terceras en un año. "No ha sucedido en ningún país de Europa", clamó Rajoy, que lamentó que se pueda frenar la mejora de una economía que creció el primer semestre del año el 0,8%, mientras Alemania lo hizo un 0,3%. Ese esfuerzo se "malograría" de acudir de nuevo a las urnas, riesgo del que responsabilizó al PSOE.

Reconoció que confía en sellar un acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria que le permitiría sumar 170 votos en el Congreso: "Haremos todos los esfuerzos programáticos dentro de los límites que marcan la Constitución, la lógica y la razón". Pero carece de los seis más necesarios para garantizarse salir de la Cámara como presidente electo y no en funciones y no los encuentra. "Se está jugando con los intereses y la vida de millones de ciudadanos", dijo sobre la posibilidad de acudir de nuevo a las urnas en Navidad, extremo que quiere evitar el PSOE mediante una reducción de la campaña electoral que adelantaría una semana esa hipotética cita con las urnas, que parece cerca.

Rajoy confesó que el "no" del socialista Pedro Sánchez resulta un muro difícil de mover. "La formación de un Gobierno en España, me temo, es mucho más un deseo que un hecho", reconoció.

La campaña gallega acaparó gran parte del discurso del presidente del Ejecutivo en funciones, que coincidió con Alberto Núñez Feijóo en apelar a la estabilidad y en exigir que se respete a "quien ganó las elecciones", en alusión a la lista más votada, recordando también que el PP "ganó siempre" todos los comicios en Galicia.

De fracasar su intento de investidura, el resultado en la comunidad servirá de impulso o lastre para su segundo intento, que podría coincidir también con el inicio del juicio a la trama Gürtel el 4 de octubre. Rajoy lo sabe y ayer alabó a Feijóo como alumno aventajado tras ser el único presidente de una autonomía de régimen común que cumplió los límites de déficit. "Es muy importante. Tener las cuentas ordenadas significa siempre más crecimiento, empleo para el futuro y bienestar", explicó.

Enfrente, el caos. "Habrá dos modelos: uno muy bueno y uno muy malo", trazó el presidente del Gobierno en funciones sobre las alternativas en los comicios gallegos del 25-S. "El de Alberto [Núñez Feijóo] ofrece una Galicia estable, moderada, dinámica, constitucional, integrada en España y Europa", lo alabó. Enfrente, un "bipartito, pero en versión mejorada, inestable, radical y extremista". "Si no se gobiernan a sí mismos cómo quieren gobernaron el pueblo gallego", cuestionó el dirigente sobre sus conflictos internos.