Dos de cada tres ayuntamientos gallegos perdieron población el año pasado al emigrar más vecinos de los que lograron atraer. La tónica general es la fuga de habitantes de los concellos más pequeños hacia las áreas urbanas. De hecho, todas las ciudades, salvo Ferrol, registran un saldo migratorio positivo, es decir, ganan residentes puesto que llegan más personas de las que se van.

De Vigo emigraron el pasado año 7.431 personas, pero otras 7.506 se instalaron en la ciudad, de manera que gana 75 habitantes. El saldo ha sido mayor en Pontevedra con 140 vecinos más.

A la cabeza de Galicia, sin embargo, se encuentra la ciudad de A Coruña que consiguió atraer 781 residentes más de los que se marcharon, en Lugo el balance fue también positivo, de 419 habitantes, en Santiago fue de 394 y en Ourense 62.

En Ferrol, sin embargo, la llegada de nuevos residentes no sirvió para compensar la gran fuga de vecinos y en 2015 perdió un total de 454 habitantes. Es, de hecho, el concello con el saldo migratorio negativo más abultado, seguido por As Pontes de García Rodríguez (-148), Betanzos (-133), Marín (-131), Narón (-119) y Redondela (-113).

Por el contrario, entre los municipios que atraen más vecinos de los que se marchan están además de A Coruña, Lugo y Santiago, los concellos de Oleiros, Arteixo y Barbadás. En la provincia de Pontevedra, el ayuntamiento con mejor saldo es el de Lalín (163).

Comunidad

En el conjunto de Galicia el balance es negativo por tercer año consecutivo. Un total de 30.707 personas se marcharon a otras comunidades o al extranjero y solo recibió 29.933 del resto de España o de otros países.

La emigración creció un 1,8% con respecto al año anterior. Fueron 19.993 los residentes en Galicia que se marcharon a otras autonomías (131 más que en 2014) y otros 10.714 se fueron al extranjero (lo que supone un incremento de 422 con respecto al año anterior).

Por el contrario, Galicia recibió 2.058 personas más de fuera: 17.839 de otras autonomías y 12.094 del extranjero.