Si las previsiones se cumplen, en 2020, es decir, dentro de solo cuatro años, las personas con una edad por encima de los 65 años en Galicia habrán duplicado a las que tienen menos de 16. En estos momentos, los primeros ya representan una cuarta parte de los residentes en la comunidad, mientras que los jóvenes solo alcanzan el 14%.

La población gallega es cada vez más vieja y no hay visos de que mejore la situación. De esta crisis demográfica alerta la Fundación Adecco que destaca que Galicia presenta un índice de envejecimiento muy superior a la media nacional. Mientras la de España es de 116 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, en el caso de la comunidad casi hay más jubilados que jóvenes: 190,7 frente a 100. Galicia es la segunda comunidad más envejecida solo superada por Asturias, que se ha convertido en el primer territorio español en el que el número de mayores ya ha duplicado al de los jóvenes (207,2).

Por detrás de Galicia aparecen Castilla-León (187,5%) y País Vasco (143,5%). En la parte baja de la tabla están Murcia (82,1%) Andalucía (94,3%) y Baleares (94,4%) que son las únicas comunidades con una mayor proporción de jóvenes.

El índice de envejecimiento no para de crecer y la Fundación Adecco alerta de que esta dinámica amenaza el sistema de pensiones. "La relación cotizante-pensionista es en la actualidad en Galicia de 2,4, considerándose una ecuación sostenible hasta 2,5 contribuyentes por cada jubilado. Si continúa esta tendencia, para 2052 se estima que, por cada persona inactiva, habrá poco más de una persona trabajando, lo que sin duda pone en peligro la sostenibilidad de nuestro sistema", explica Francisco Mesonero, director general de la fundación.

El envejecimiento de la población gallega no ha parado de aumentar, sobre todo, desde 2000. Contrastan las cifras actuales con las de finales del siglo XX, cuando Galicia era aún una comunidad joven: en 1985 se contabilizaban apenas 61 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 (la misma cifra que a nivel nacional). Diez años después, el índice alcanzó el 107,8% y en 2000 ya era del 149,3%.

Desde 2000, Galicia es una comunidad envejecida, lo que significa que cuenta con más personas sénior que jóvenes. El aumento de la esperanza de vida, la disminución de la tasa de natalidad hasta alcanzar la cifra más baja de los últimos 13 años, el saldo vegetativo negativo (mueren más personas de las que nacen desde hace casi tres décadas y solo 14 concellos registran más nacimientos que defunciones) y la marcha de los más jóvenes a otras comunidades y países debido a la crisis son los principales causas de esta situación.

Los expertos calculan que en 2030 los mayores de 65 superarán el 30% de la población. En este momento, será cuando empiecen a jubilarse en masa los babyboomers (nacidos entre 1958 y 1977), un grupo de cotizantes sensiblemente más reducido que deberá soportar el coste de la atención de los pensionistas y sus cuidados sociosanitarios que habrán alcanzado un tercio de la población.

Ante esta situación, Francisco Mesonero urge "tomar medidas que frenen los efectos de este envejecimiento imparable: alcanzar acuerdos de Estado y dedicar un mayor porcentaje del PIB a la familia, impulsar políticas activas contra la discriminación por la razón de edad, sensibilizar al tejido empresarial para que apueste por la fuerza laboral senior, y empoderar a los demandantes de empleo de más edad para que adquieran herramientas clave que les permitan competir en el mercado del siglo XXI".

La fundación considera que ante esta problemática es necesario apostar por la fuerza laboral "que, hasta el momento, ha sufrido más discriminación en su acceso al empleo, principalmente los mayores de 45 años que experimentan exclusión de edad como consecuencia de su edad".

Para Mesonero, "el gran reto es convencer a las empresas de que recuperar el talento sénior es una ventaja competitiva. Hemos de dar por clausurada la etapa de discriminación al trabajador mayor de 45 años, hay que tener en cuenta que están en el ecuador de su vida profesional y que además cuentan con valores que les hacen altamente competitivos como la experiencia, la madurez o el control emocional".