La oleada de incendios forestales que afecta desde el martes a la provincia de Ourense, y en especial al sur, es la más violenta que ha sufrido Galicia este verano. Con una estimación todavía provisional de 3.875 hectáreas arrasadas en seis fuegos que afectan a siete concellos, cinco pueblos en grave peligro por la proximidad de las llamas y cuantiosos daños económicos y paisajísticos, la situación ha sido calificada por la Consellería de Medio Rural como crítica.

Las altas temperaturas del martes que rozaron los 40 grados en las zonas afectadas y un viento incontrolable facilitaron la propagación de las llamas y en solo 36 horas ardieron casi cuatro mil hectáreas en Ourense, un ritmo de devastación muy superior al registrado del 8 al 12 de agosto en toda Galicia, en la que hasta ahora había sido la peor oleada de incendios de la temperada, con 6.500 hectáreas calcinadas en cinco días. En menos de dos días ardió en la provincia de Ourense una tercera parte de toda la superficie quemada en 2015 en Galicia (11.800 hectáreas).

Medios aéreos, brigadas terrestres, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, GES, fuerzas de seguridad y decenas de vecinos luchan sin descanso contra los numerosos fuegos que atacan el territorio, seis de ellos de gran virulencia y magnitud.

A los focos de Oímbra, Muíños, Entrimo y Boborás que se iniciaron en un martes negro para la provincia, se sumaron ayer dos nuevos siniestros en Monterrei, donde fue necesario activar el nivel 2 de prevención por riesgo para la población de Vences, y otro en Lobeira. A lo largo de la jornada del miércoles, las llamas pusieron en riesgo también el pueblo de A Illa, en Entrimo, donde también se decretó la situación 2 de riesgo. El alcalde de este municipio, Ramón Alonso, señalaba por la mañana que el fuego avanzaba "descontrolado, descoordinado y desasistido" ante la falta de medios para la extinción. Criticó que no se permitiese la actuación de los helicópteros y aviones por la mañana cuando, asegura, "había visibilidad". No obstante, Medio Rural afirmó que los medios aéreos intentaron entrar pero los técnicos consideraron que no se daban las condiciones de seguridad para que los pilotos pudiesen actuar con garantías por lo que fueron desviados a otros incendios. Fue una situación puntual ya que finalmente trabajaron en este siniestro cuatro helicópteros. La conselleira Ángeles Vázquez, explicó esta situación al alcalde, que estuvo acompañado por el responsable de la extinción y la directora de conservación. Este incendio, que se extendió también al municipio de Lobios, permanecía

Tampoco fue fácil la actuación de los medios aéreos en el fuego de Oímbra, el más grande de los registrados en toda la temporada en Ourense, que arrasó 1.500 hectáreas y mantuvo bajo amenaza a los pueblos de Bousés y Espiño, este último llegó a ser desalojado el martes sin que finalmente se produjesen daños en las edificaciones. La alcaldesa, Ana Villarino, que ayer acompañó a la conselleira de Medio Rural por la zona se mostraba "desolada" ante la "dolorosa" imagen su municipio invadido por el color negro.