El sistema de seguridad Asfa Digital del que carecía el tren Vigo-Oporto podría haber reducido e incluso evitado las fatales consecuencias del accidente si, como se apunta desde el entorno de la investigación, el descarrilamiento hubiera ocurrido porque el tren circulaba a mayor velocidad de la permitida. La unidad que colisionó no lo llevaba instalado. Pero sí lo tienen actualmente otras similares que cubren el mismo trayecto, como confirmaron ayer a este periódico fuentes ferroviarias. El mecanismo básico que tiene el tren Celta que se operó el viernes y cuyo accidente se cobró la vida de cuatro personas tras ser desviado a una vía secundaria por trabajos de mantenimiento en la principal, nunca lo frenaría por exceder la velocidad fijada ese día en ese punto: 30 km/h. El mecanismo más moderno sí lo haría si el ferrocarril hubiera pasado ya a más de 60 km/h por una baliza que se ubica a unos 400 metros del lugar en el que ocurrió el siniestro.

El convoy llevaba instalado el sistema Asfa básico, un mecanismo que no frena el tren cuando supera los límites de velocidad, sino que solo lo hace cuando el maquinista no confirma que ha recibido los avisos que, en este caso, serían de precaución y que le obligaban a entrar en el cambio de vía a 30 km/h. El que sí lo hace es el Asfa Digital, mecanismo que según apuntaron fuentes ferroviarias y certificó ayer el maquinista y secretario del comité de empresa de Renfe en Pontevedra, Sergio Lloves, sí está ya instalado en varias de las unidades que cubren el trayecto entre Vigo y Oporto. Pero no en la máquina que se accidentó. "Hoy mismo [por ayer] yo he traído un tren desde Oporto hasta Valença que sí lleva el Asfa Digital", reconoció. Las mismas fuentes apuntan que este mecanismo de seguridad más moderno se ha comenzado a instalar "últimamente" en estos trenes. Pero todavía no ha llegado a todos. "Posiblemente el sistema Asfa Digital podría haber evitado o reducido el impacto del accidente si finalmente se confirma que hubo un exceso de velocidad", opina Lloves.

Técnicos ferroviarios consultados por este periódico explican que antes de entrar en O Porriño hay dos señales -la primera se conoce como avanzada- y una baliza 300 metros antes de cada una de ellas. Dado que en la estación de O Porriño se estaban haciendo trabajos de mantenimiento y que el tren debía desviarse y reducir la velocidad -como confirmó el ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá- al llegar el tren a la primera debería saltar un anuncio de precaución en la cabina emitiendo un pitido continuo y una luz que se interrumpe solo cuando el maquinista pulsa un botón en señal de que lo ha reconocido. Para ello tiene tres segundos. Unos 300 metros después llega a la señal avanzada, ubicada aproximadamente a un kilómetro del lugar del descarrilamiento y se produce el mismo procedimiento. En estos puntos el freno de emergencia solo se activaría si el maquinista no hubiera reconocido las alarmas. Pero cuando llega a la baliza previa de la señal de entrada, ubicada a unos 400 metros del semáforo y aproximadamente a medio kilómetro del cruce de vías donde se produjo el accidente, el convoy debería ir ya a menos de 60 km/h. A partir de aquí saltan los mismos avisos, pero en este punto el tren si se frenaría automáticamente si su velocidad fuera superior a 60 km/h. "Queremos esperar a la investigación, pero lo cierto es que el material es antiguo y lleva un sistema de seguridad básico. Podrían haber coincidido multitud de factores en el accidente, pero si el tren tuviera el Asfa Digital y hubiera entrado a mayor velocidad de la permitida en esa zona, el propio sistema habría frenado el tren y el golpe podría no haber sido tan fuerte", anota Juan Francisco Sánchez, coordinador del sector ferroviario de CGT en Galicia.

Aunque habrá que esperar a los resultados de la investigación, algunos medios portugueses, como Público, apuntaban ya ayer que el tren habría llegado a esta zona a más de 100 km/h. También publicaba que los investigadores no descartan otras posibilidades, como que ocurriera una avería en el cambio de agujas o algún fallo en el tren. Además se tendrá que verificar si las señales funcionaron, pesquisas para las que serán claves los registros de la caja negra. Sobre el desvío hacia la vía secundaria, y según pudo saber este periódico, en los últimos cinco días se activó el mismo procedimiento que tuvo que hacer el tren Celta siniestrado en al menos ocho ocasiones.