Perplejidad, incredulidad, estupor. Los maquinistas no acaban de comprender qué le pasó al tren que descarriló en O Porriño y que acabó con la vida de cuatro personas, entre ellas el propio maquinista. "No existe explicación para comprender lo ocurrido porque no hacer uso del freno tras ver las señales es lo anormal. Es todo muy chocante", señalan desde el Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (Semaf) tras conocer los primeros datos de las cajas negras del tren que descarriló en O Porriño el pasado viernes y en el que fallecieron cuatro personas. El tren circulaba a 118 kilómetros por hora en un tramo limitado a 30 y el conductor de la máquina respondió afirmativamente hasta dos veces a las señales que le indicaban que redujese la velocidad para proceder a un cambio de vías. Este hecho causa estupefacción entre sus compañeros del sector. "Racionalmente no existe una interpretación ante lo ocurrido. Tuvo que ser un despiste increíble", concluyen.

El maquinista portugués José Arnaldo Moreira, de 45 años y con más de 20 de experiencia, disponía de un manual mensual que le indica todas las anomalías que se puede encontrar en las vías a causa de obras o de algunas incidencias. Dicho texto, llamado Consigna Serie B, se actualiza cada diez días ante posibles imprevistos, por lo que el conductor conocía perfectamente lo que se iba a encontrar en la vía.

Los primeros datos de las cajas negras revelaron que el maquinista respondió a las dos señales que se encontró camino de la estación de O Porriño, y que pese a ello alcanzó una velocidad de 118 km/h.