La coruñesa Laura Vicente considera que las perspectivas de tener un empleo estable para toda la vida sí pueden ser un potente estímulo a la hora de afrontar el sacrificio personal de tiempo y dinero que supone preparar unas oposiciones para la judicatura. Pero lo que no comparte es que a las mujeres jueces les sea más fácil compatibilizar sus responsabilidades laborales con la familia que, por ejemplo, a las abogadas o las fiscales.

"El trabajo de juez no se escoge para tener un horario fijo y al terminar irte para casa tan tranquilo. Es todo lo contrario, porque el de juez es un trabajo que te llevas para casa. Yo por ejemplo trabajo todos los fines de semana".

Esta juez de Rianxo añade que dado que siempre tuvo claro que quería vivir del Derecho, "cuando tengo que trabajar un sábado o un domingo lo hago encantada". Galicia, con cuatro facultades de Derecho, suma cada año cientos de nuevos graduados. Las oposiciones a juez son un camino largo y duro, pero al final espera una meta gratificante.