Fue concebido para actuar como patrullera de altura en aguas del Atlántico Norte, a petición del Gobierno de Dinamarca, para realizar labores de vigilancia e investigación pesquera. Ahora, casi cinco años después de haber completado su construcción, podrá ejercer las tareas que motivaron su contratación. Se trata del antiguo Nordsøen o, como ha sido renombrado provisionalmente por Astilleros Cardama, el buque de inspección C-242. La Agencia Europea para la gestión de las fronteras exteriores, el Frontex, está interesada en el buque y negocia su incorporación a la flota del Servicio Marítimo de la Guardia Civil (SEMA), como confirmaron fuentes del astillero vigués. El precio de salida en las páginas de brokers especializados en este tipo de activos es de 18 millones de euros.

El organismo europeo ya cofinanció la adquisición el año pasado de 17 patrulleras para el cuerpo marítimo de la Benemérita, de 10,7 metros de eslora y 3,5 de manga, que actúan principalmente en provincias del Mediterráneo y el archipiélago canario.

"La Guardia Civil ha visto el barco varias veces aquí y están interesados", inciden las mismas fuentes, que señalan que el barco es "ideal" para el tipo de misiones que tiene encomendadas el SEMA en colaboración con el Frontex. Su cometido, de consumarse esta operación, sería para labores de control de inmigración o tráfico de mercancías ilegales como armas o drogas. Fuentes del sector sospechan que la interinidad del actual Gobierno, en funciones desde el pasado noviembre, pueda estar retrasando la toma de una decisión.

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El antiguo Nordsøen, de 68,7 metros de eslora y 11,2 de manga, se convertiría en la mayor patrullera de la Guardia Civil. Solo se le acercaría el Río Miño, con 50,8 metros de eslora, aunque antes de convertirse en patrullera era un pesquero japonés (Tensho Maru Nº 28) construido en 1984. Los mayores barcos de la SEMA -concebido como barcos de inspección- son las 14 patrulleras Rodman-101, con una dimensión de algo más de 31 metros. El buque de Cardama supera con creces en dimensión y equipamiento al resto de unidades de este cuerpo de seguridad. Los motores propulsores Rolls-Royce le permiten navegar a 18,4 nudos pese a su envergadura, y una capacidad de desplazamiento a máxima carga de casi 1.300 toneladas.

Desde Astilleros Cardama, uno de los que tienen mayor carga de trabajo a día de hoy en el sector, aseguran que la adaptación del buque ya terminado -está amarrado en sus muelles y han cubierto con pintura el nombre Nordsøen- a las necesidades de la Guardia Civil y el Frontex sería un proceso con una ejecución sencilla y perfectamente asumible. "Harían falta muy pocos cambios en el buque y el precio sería muy económico".

La construcción del antiguo Nordsøen se adjudicó al desaparecido astillero MCíes en 2007 después de imponerse a varios constructores europeos, y entonces había sido cofinanciado ya por la Unión Europea. La construcción arrancó en 2008 y la botadura se produjo en 2009. Pero MCíes suspendió pagos ese mismo año y la patrullera pasó a las gradas de Cardama, que lo culminó en noviembre de 2011. Ahora espera su nueva oportunidad.