El BNG exhibió ayer la sonrisa que se le ha situado en la cara tras el 25-S en el que tumbó las pesimistas encuestas y contuvo su hemorragia para dejarse solo un escaño y quedarse con seis, cuando en su seno temían siquiera tener grupo parlamentario. Para mostrar su estado de forma, pese a dejarse 27.000 papeletas respecto a 2012, su líder, Ana Pontón, anunció la primera medida que presentarán cuando se constituya el Parlamento: un plan "retorna" para lograr el regreso de la juventud emigrada y potenciar sectores como el de la investigación.

"Tendría que estar ya consignado en los presupuestos para 2017 con un mínimo del 1% de los recursos de la Xunta", explicó, según informa la agencia Efe, la también portavoz nacional, en alusión a una inyección de 90 millones de euros, teniendo en cuenta que el techo de gasto para el próximo ejercicio será de 9.035.

La dirigente, reforzada tras cauterizar su hemorragia electoral aunque se mantenga con un tercio de su techo electoral obtenido en 1997, presentó la alineación frentista en la Cámara. "Es un grupo renovado que suma personas nuevas, pero también experiencia y para convertir el Parlamento en el centro de la vida política", declaró rodeada de sus compañeros de bancadas: Luís Bará, Montse Prado -única que repite-, Xosé Luís Rivas Mini, Noa Presas y Olalla Rodil. El BNG ofrece la mayor cohesión interna de las tres formaciones situadas en la oposición, tras el proceso de continuado de escisiones desde la cumbre de Amio en 2013 que dejó las voces críticas con la UPG bajo mínimo, y aspira a "liderar" la contestación "seria, rigurosa y de ideas" a la Xunta del popular Alberto Núñez Feijóo. Su mensaje en la Cámara autonómica se centrará en ofrecer un "proyecto en positivo para este país y para su futuro".

Pontón y los suyos no esconden su alivio y satisfacción por un resultado que no solo ninguna encuesta predecía, sino nadie esperaba. Superaron las expectativas propias y ajenas, aunque el triunfalismo no debería ocultar que son la cuarta fuerza de la Cámara a ocho escaños de En Marea y PSdeG. La dirigente frentista vinculó el resultado con la "campaña de ideas, en positivo y de propuestas" que protagonizó, al tiempo que se materializó la apuesta "por que hubiese un espacio político del nacionalismo con fortaleza". "Creo que el hecho de que seamos un proyecto definido, claro, riguroso y con propuestas en positivo para el país ayudó", dijo.

El reto del Bloque pasa ahora por "ampliar y consolidar" el espacio nacionalista, declaró ayer en una alusión al debate sobre la refundación del nacionalismo tras la fuga del sector vinculado a Xosé Manuel Beiras hacia las mareas, al que emigraron también alcaldes como el de Vimianzo o el de Monforte.