Todos los años, los concellos deben enviar al Ministerio de Hacienda la previsión de ingresos para ese ejercicio. Entre todas las partidas destaca la del ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras). En ella pronostican la cantidad que consideran que van a percibir por las tasas relacionadas con el sector del ladrillo. Antes de la crisis, y en pleno boom del sector inmobiliario, el ICIO era casi una fuente inagotable de ingresos. Ahora ya no. Pero la situación mejora. Por primera vez desde que arrancó la crisis, el pasado año presupuestaron que iban a recibir más dinero que el ejercicio anterior. Desde 2008, la cifra siempre había bajado.

En 2015, los concellos preveían en sus presupuestos que recaudarían 30.738.000 euros por las tasas relacionadas con la construcción. Fueron 400.000 euros más que en 2014. Es un repunte mínimo (1,4%), pero muestra la recuperación en el sector inmobiliario que ya habían anticipado las diferentes estadísticas sobre compraventa de viviendas.

Pese a esta leve mejoría, la cifra de recaudación está todavía muy lejos de los ejercicios de bonanza. En 2008, el año en el que empezó la crisis económica con la caída de Lehman Brothers, la previsión que realizaron los ayuntamientos gallegos fue que iban a percibir 117,6 millones por el impuesto de construcciones. Ocho años después, en 2015, esa cifra cayó hasta los 30,7. Casi tres cuartas partes menos. El 73,9%.

Estas cifras se refieren a la cantidad que tenían previsto recibir. Pero al final, la previsión nunca coincidía con la realidad. Y siempre recaudaron mucho menos de lo previsto. En 2008, cuando la previsión era recibir 117,7 millones, ingresaron 74,7. Un tercio menos (36,6%).

Los últimos datos de liquidación de presupuestos de los concellos que maneja el Ministerio de Hacienda son de 2014. Ese año la previsión por las tasas del sector del ladrillo ascendió a 30,3 millones. Finalmente fueron 19,5. Solo dos tercios de lo previsto.

Para 2016 el desajuste se prevé que no sea tan elevado. Aunque solo es un pequeño ejemplo, en los ocho primeros meses del año, el Ayuntamiento de Lalín ya había recaudado el 80% de lo que tenía previsto durante todo el ejercicio por el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras. La previsión era de 116.000 euros y ya llevaba 93.953. En 2014, había pronosticado 178.000 y al final solo fueron 73.143. Menos de la mitad.

Todas estas cifras proceden del ICIO, el impuesto de recaudación municipal que grava la realización, dentro del término municipal, de cualquier construcción, instalación u obra para la que sea necesaria una licencia de obras o urbanística.

Esta tasa es un porcentaje de la cuantía de los trabajos y varía de unos concellos a otros, aunque suele estar entre el 0,5% y el 4%. Por ejemplo, para la construcción de una vivienda unifamiliar el coste del ICIO ronda los 5.000 euros, pero en edificaciones de varios pisos llega hasta los 300.000.

Otros ayuntamientos optan por realizar excepciones o reducciones del impuesto. Es el caso del de Carballo que este año ha recortado el ICIO hasta un 95% a varias empresas para que se instalen en el municipio. Algo similar realizó el Concello de Melide en marzo cuando modificó la ordenanza del ICIO para incluir una bonificación del 95% para que se beneficiara una obra que se iba a hacer en el centro de salud.

Por provincias, el mayor desplome porcentual por este canon correspondió entre 2008 y 2015 a los ayuntamientos de Pontevedra con un 79% menos (en 2014 había sido del 78%), seguidos de los de A Coruña con un 72% (73% en 2014); Lugo, con un 72% (68%), y Ourense, con un 64% (68%). Los concellos de la provincia de A Coruña pasaron de prever una recaudación de 60,6 millones en 2008 a 16,9 en 2015; los de Pontevedra, de 37,4 a 7,8; los de Lugo, de 13 a 3,6, y los de Ourense de 6,5 a 2,3 millones.

Según el número de habitantes de cada municipio, en los de menos de 5.000 habitantes, la caída entre 2008 y 2015 fue del 56% al pasar de 12,2 millones a 5,2 del año pasado. En los de 5.000 a 20.000 habitantes el desplome fue superior al 80%. De 55,3 a 10,4 millones. Y en los de 20.000 a 50.000, del 75% (de 22,7 a 5,4 millones).

En las siete grandes ciudades la bajada de la recaudación por el negocio inmobiliario fue menor. De las que tienen entre 50.000 y 100.000 habitantes (Santiago, Ferrol, Lugo y Pontevedra) la previsión de ingresos por el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras disminuyó un 70% entre 2008 y 2015. Esta tasa reportó a estos cuatro concellos 12,6 millones al inicio de la crisis y 3,6 durante el ejercicio pasado.

Los tres grandes ayuntamientos gallegos que superan los 100.000 habitantes (A Coruña, Vigo y Ourense) tenían previsto recaudar 14,7 millones hace ocho años y 5,8 en 2015. El recorte alcanzó el 66%.