Los ingresos corrientes de los concellos gallegos alcanzaron en 2014 los 2.046,6 millones. Los gastos del día a día absorbieron 1.725,8 millones. Lo que deja un ahorro bruto de cerca de 321 millones, alrededor de 145 euros por cada habitante. En el conjunto del Estado asciende a 190. Solo 15 de los 315 municipios que había en la comunidad en ese momento registraron un ahorro bruto negativo. O, lo que es lo mismo, sus gastos corrientes superaban a los ingresos típicos. Si a esas cantidades le restamos la amortización de deuda, que entre los municipios de la comunidad se sitúo en 133 millones, el ahorro neto se quedó en 199 millones y aquellos en positivo bajan hasta los 283. Prácticamente el mismo número, 278, que cerraron ese ejercicio analizado por Hacienda con superávit.

Hasta ese momento, las localidades gallegas acumulaban unas deudas pendientes de cobro de casi 745 millones, con un alza respecto a 2013 del 6,7%. Ellas también tenían cantidades todavía por pagar que ascendían a 342,9 millones después de un incremento del 3,4%. Sin embargo, no todo lo que los concellos esperan lo van a recuperar. El saldo de dudosos -las cantidades que con mucha probabilidad se quedarán sin abonar a las arcas locales- roza los 391 millones. Más de la mitad del total de deudas. El 52,5%, concretamente. La morosidad con los ayuntamientos de Galicia se mantiene en niveles similares a los de 2013.