No hay mes en que la patronal de la construcción en Galicia no denuncia ante las Inspecciones de Trabajo la existencia de empresas piratas. Ya en 2015, los constructores gallegos detectaron un repunte de firmas ilegales que aprovechan la todavía delicada situación que atraviesa el sector inmobiliario ofreciendo precios bajos en sus reformas a costa de pagos en negro a sus trabajadores y la emisión de facturas sin IVA. Según estimaciones de la Federación Gallega de la Construcción, estos negocios clandestinos les arrebata más del 15% de la facturación total en la parte de rehabilitación.

Un año después de que se pusiesen estas denuncias en conocimiento de Trabajo, la patronal gallega sigue exigiendo que se intensifiquen los controles sobre estas empresas ilegales. "Hacen lo que pueden con los medios que tienen", reconocen desde la Federación Gallega de la Construcción. Sin embargo, una parte del sector advierte que durante años la Administración "ha mirado hacia otro lado" y ha sido "laxa" con este tipo de actividades