El reto que debe afrontar ahora la Xunta es rediseñar un nuevo mapa de líneas de autobuses y buscar alternativas que lo hagan viable. Para ello se plantea aprovecharse de los recursos desplegados para otros tipos de transporte. Y de nuevo se abre la puerta a utilizar los autocares escolares para el traslado regular de viajeros, una iniciativa que ya había planteado el anterior gobierno bipartito y que finalmente fue desechada por el rechazo social que se generó.

Ahora la Xunta retoma esta propuesta y baraja también que los autobuses del servicio 065 que se dedican al traslado de dependientes y discapacitados puedan ser usados por el resto de viajeros para moverse de una población a otra. Su idea es que estos autocares, normalmente minibuses, puedan ser usados "cuando menos parcialmente en un nuevo modelo de prestación zonal bajo demanda", tal y como consta en los pliegos de contratación de los estudios previos para configurar el nuevo mapa de transporte público de Galicia.

La Consellería de Infraestruturas plantea que puedan convivir líneas regulares de autobuses con otras que funcionen bajo demanda, lo que permitirá cubrir zonas del rural más despobladas sin poner en riesgo la rentabilidad de las líneas. A ello contribuirá la existencia de Sistemas Inteligentes de Transporte, que contarán con centrales de recepción, a donde los viajeros llamarán cuando necesiten moverse de un punto a otro, y también habrá centros de procesamiento que se encargarán de generar rutas de transporte en función de las necesidades.

Este servicio a demanda podrá funcionar mediante reserva anticipada de plaza (por ejemplo, mediante la llamada a una central de reserva) o incluso mediante una petición de traslado en tiempo real dando aviso al autobús de que debe recoger a un determinado viajero en una parada. El estudio encargado por la Xunta deberá realizar un diagnóstico de la situación actual, analizar la demanda de movilidad, mediante encuestas, y buscar mecanismos de participación con los ayuntamientos.