El presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, no es muy queridos por los trabajadores de la empresa que dirige. El pasado mes de julio, cientos de empleados de los astilleros de Cartagena le recibieron con pitadas y pancartas. Había acudido para presenciar la botadura del submarino S-74 y y tuvo que llegar hasta el dique flotante que hay en las instalaciones en zódiac para evitar a los trabajadores.

Ayer, Revuelta y parte de su equipo directivo en las factorías de la ría de Ferrol habían citado a los empresarios de la industria auxiliar ferrolana en la sede de Afundación, en la Plaza de la Constitución. El máximo ejecutivo tenía previsto trasladarles las intenciones de la compañía en materia de subcontratación.

Sin embargo, a su llegada, se encontró con una concentración de trabajadores del astillero de Ferrol formada por más de 2.000 operarios, según los sindicatos, que bloqueaba la puerta principal. A enterarse los empleados de que Revuelta iba a entrar por la puerta de atrás otro grupo de trabajadores, la mayoría del comité de empresa, se trasladó allí e impidió el acceso al presidente.

Abucheos

Cuando Revuelta se acercó a la entrada, las personas concentradas le cortaron el paso y al ser abucheado, y tras un intento frustrado de retirarles una pancarta que portaban, optó por irse.

Hubo incluso un pequeño forcejeo entre el presidente y miembros de los sindicatos que acabó cuando el director de los astilleros de Ferrol-Fene, Julio Martín, recomendó a Revuelta que desistiese de su actitud para evitar mayores incidentes.

Tras abandonar el lugar Revuelta, el presidente del comité de empresa de Navantia Ferrol, Javier Galán (CCOO), se dirigió a los trabajadores para celebrar que la reunión "no se convirtiera en la cueva de Alí Babá", además de calificar a Revuelta como "irresponsable".

En su intervención, Galán explicó que la presencia de Revuelta en el encuentro con representantes de las industrias auxiliares "era para decirles a los empresarios que tienen que bajar los precios en las licitaciones" con la disculpa de que hay que ser "competitivos". Una competitividad que, según el representante sindical, la dirección de la empresa "solo entiende" con que los trabajadores tienen que trabajar 14 horas al día y cobrar 900 euros, algo que no lo vamos a permitir porque estamos cayendo en la esclavitud".

"Algunos de los que estáis aquí podéis atestiguar cómo os hacen trabajar 14 horas y os pagan ocho", censuró en referencia a los empresarios que aguardaban en una de las esquinas de la plaza. Galán afeó también al presidente del grupo naval que convocase en Madrid a los representantes de los trabajadores y que, sin embargo, se acercase a hablar con los empresarios de Ferrolterra para decirles, según él, que tienen que bajar los precios.

Ya sobre las 10.00 horas, los manifestantes levantaron la concentración y regresaron a la factoría y unos quince minutos más tarde los empresarios entraron al salón de actos de la sede de Afundación, sin la presencia de José Manuel Revuelta, que fue sustituido por un directivo de la empresa.