Galicia no logrará contener la pérdida de habitantes y serán cada vez más los que vivan solos. Esta son las dos principales conclusiones del informe que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la proyección de población que tendrá la comunidad gallega en 2031. Por una parte, de mantenerse las tendencias demográficas actuales, Galicia perderá algo más de 230.000 habitantes en los próximos 15 años. Esta cifra es como si desapareciese de repente prácticamente toda la población de la ciudad de A Coruña y hace retroceder a Galicia al padrón que tenía hace 90 años. Pero no solo habrá menos gallegos. Los que se queden vivirán más solos, ya que, según el INE, dentro de 15 años hasta un tercio de los hogares de la comunidad estará compuestos por una sola persona.

La tendencia se repite en el conjunto del país. España perderá algo más de medio millón de habitantes en ese periodo, por lo que casi la mitad corresponderá a la comunidad gallega. Madrid, Canarias, Baleares, Murcia y Cataluña serán los únicos territorios que ganarán población.

El informe del INE confirma la despoblación hacia la que camina Galicia. Desde 2010, el número de habitantes disminuye de forma acusada sin que se atisbe el final de esta sangría demográfica. Ese año había un total de 2.797.653 empadronados en la comunidad. A principios de 2016 eran 2.732.347: 65.306 menos (-2,3%).

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Pero esta caída se va acelerar en los próximos años. Galicia perderá 230.722 habitantes hasta 2031 a razón de 42 vecinos por día. El número de empadronados se situará en 2.489.946, lo que significa un pérdida del 8,5% con respecto a la población actual, un porcentaje que se sitúa siete puntos por encima de la media nacional. Esta caída del censo se debe principalmente a tres factores: disminuirán los nacimientos, aumentarán las defunciones y se estancará la inmigración. El único elemento positivo que no ahondará en esta crisis demográfica es que los gallegos harán menos las maletas para abandonar la comunidad.

Galicia aparece en los primeros puestos de las autonomías con las peores cifras de nacimientos, defunciones y llegada de inmigrantes. Por ello, es la tercera a la que se le augura el mayor desplome de su población, por detrás de Asturias (11,1%) y Castilla y León (10,7%). Y en términos absolutos ocurre algo similar. De cumplirse las previsiones del INE, será la segunda con mayor descenso. Solo Castilla y León, con un desplome de la población de 262.068 vecinos superará en 2031 las proyecciones para la comunidad gallega.

El primer motivo de esta crisis demográfica es que descenderán los nacimientos. Si la previsión para 2016 es que haya 18.624 alumbramientos, en 2030 serán 12.490. Un tercio menos. Por el contrario aumentarán las defunciones: de 31.265 a las 32.085 de dentro de 15 años. Es decir, no habrá recambio generacional y la población gallega será cada vez más mayor.

La proyección del saldo vegetativo -la diferencia entre el número de nacimientos y de defunciones- parte de un dato provisional negativo de 12.269 habitantes en 2015. De mantenerse la tendencia, las cifras seguirán en números rojos: 15.920 personas en 2020; 18.588 en 2025 y 19.595 en 2030. Un 60% más que el año pasado. El saldo vegetativo lleva en negativo en Galicia desde 1988, pese a las deducciones fiscales para revitalizar la demografía que la Xunta puso en marcha en 2013. Solo 14 concellos registran en estos momentos más nacimientos que defunciones.

La población no crecerá por el lado de los que viven en la comunidad, pero tampoco por los que puedan venir de otros países. El saldo migratorio con el extranjero arroja valores positivos, pero muy leves. En 2015 fue solo de 163 personas. El saldo irá aumentando progresivamente hasta las 1.471 en 2020; 2.027 en 2025 y 2.429 en 2030. Sin embargo, son cifras muy escasas para contrarrestar el saldo vegetativo negativo que sufre la comunidad desde hace más de tres décadas.

Tampoco el saldo migratorio interautonómico ayudará a paliar este invierno demográfico que se ha instalado en Galicia. La proyección para 2020 continuará siendo negativo, en 374 personas, tras serlo también en 2015 (-1.882). Sin embargo, esta tendencia se invertirá a partir de ahí, al situarse en cifras positivas en 2025 (+205) y 2030 (+665). Unos números muy bajos para contrarrestar el resto de variables.

Habitarán menos personas en la comunidad y las que lo hagan vivirán más solas que ahora. El INE realiza una proyección del número de hogares que habrá en Galicia dentro de 15 años. Pese a la caída de la población, la cifra de hogares aumentará en 25.000, un 2,3%, hasta superar el 1.100.000. Pero casi un tercio de ellos (el 31,3%) serán unipersonales. Pasarán de los 269.000 actuales a los 347.027 de 2031. Dicho de otra forma, casi 350.000 gallegos vivirán solos dentro de 15 años. Será la cuarta comunidad en la que más crezcan los hogares unipersonales, solo por detrás de Canarias (35,6%), Andalucía (32%) y Murcia (29,2%).

Por provincias, el mayor aumento de los hogares en los que viva una sola persona se producirá en Pontevedra donde la cifra se disparará un 45%. Le seguirá Lugo con un 28%. Más moderada será la subida en A Coruña (20%) y en Ourense (16%), que es la única provincia en la que baja el número de hogares totales.

Ninguna de las cuatro provincias se va a librar del invierno demográfico. Las dos que más lo acusarán serán A Coruña y Pontevedra. También son las que más población concentran. La primera perderá el 7,6% de su población (86.378 personas), un tercio de la ciudad de A Coruña, y pasará de 1.124.412 a 1.038.034. Hay que remontarse hasta 1956 para encontrar una cifra tan baja. Lo mismo le sucederá a Pontevedra. Perderá 66.534 habitantes. El equivalente a las poblaciones de Cangas, Moaña y Sanxenxo. Será el 7% de sus habitantes y se quedará en 878.668, la cifra más baja desde 1981. El recorte de población será más leve en Ourense y Lugo, aunque el porcentaje de caída será mayor: 12,6% y 11,3, respectivamente. Ambas provincias perderán casi 40.000 habitantes y Ourense quedará por debajo de los 300.000 habitantes.