La extinción de incendios y los rescates en alta mar suman un nuevo aliado gracias al talento de dos ingenieros de Telecomunicación gallegos que han sido reconocidos por la Agencia Espacial Europea (ESA). El catedrático Manuel García y el investigador Daniel Gómez han diseñado un radar pasivo que, instalado a bordo de drones, les permite aterrizar durante la noche, en zonas de baja visibilidad a causa del humo o la niebla densa y también en barcos zarandeados por las olas. Su idea ha obtenido el premio autonómico del concurso europeo Galileo Masters, que les fue entregado en una gala celebrada en Madrid la noche del martes.

El objetivo del certamen es el desarrollo de aplicaciones que utilicen el sistema europeo de navegación por satélite Galileo, el equivalente al GPS. Galicia participó por primera vez el año pasado con 17 proyectos y el premio también recayó en la Escuela de Telecomunicación, en concreto, en un grupo de ingenieros vinculados a los cubesat (satélite en miniatura usado en la investigación espacial). En esta edición, la participación de las universidades, empresas y centros tecnológicos ha ido a más y concurrían un total de 26 ideas que sitúan a Galicia como la sexta comunidad del mundo con mayor participación.

El proyecto elegido dispondrá ahora de ayudas durante un año para beneficiarse de sus programas de incubación empresarial y poder llegar a comercializar el sistema a finales de 2018. "Es todo un orgullo haber sido elegidos entre tantos proyectos gallegos. Confiamos en que ahora nos ayuden con la parte que menos conocemos y que tenemos que aprender: comercialización, creación de negocio o estudios de mercado. A veces se nos critica a las universidades por estar alejadas de la realidad, pero este premio demuestra que sí tenemos ideas que resuelven las necesidades de la sociedad", reivindica Manuel García, catedrático de Teoría de la Señal.

"Que algo en lo que investigas pueda ser útil es una motivación. Cualquiera de las ideas podía ganar y estamos deseando empezar a trabajar cuanto antes", destacaba ayer Daniel Gómez. Terminó la carrera hace tres años, los mismos que lleva trabajando a tiempo parcial con el grupo de Sistemas de Radio, y compatibiliza esta colaboración con su empleo en el departamento de Electrónica del CTAG.

El proyecto GNSS assisted drone landing system se basa en una de las líneas en las que llevan años trabajando en el equipo de García, el radar pasivo. Se llama así porque no emite, sino que se aprovecha las emisiones de otros sistemas, en este caso del Galileo y el GPS, y no produce interferencias.

Pequeño y ligero

"Otra de sus ventajas es que no requiere de ninguna infraestructura auxiliar en tierra, como en el caso de los grandes aviones y las antenas ILS. Su tamaño es pequeño y al no emitir señal no requiere de baterías, que suelen ser pesadas. Y no es una tecnología excesivamente cara. Todo esto nos hace pensar en que puede ser un producto con éxito en el mercado", explica el catedrático gallego.

Ambos ingenieros, que ya obtuvieron el año pasado el tercer puesto en la misma competición, ya han comenzado a fabricar un prototipo para comprobar su funcionamiento y confían en conseguir apoyos en el centro de drones de Rozas para realizar allí las pruebas.

El grupo de Sistemas de Radio tiene una amplia experiencia en proyectos con pymes y grandes empresas, además de ofrecer servicios de medición a diferentes clientes. A partir de uno de sus proyectos europeos, tres doctorandos lanzaron la empresa Monet dedicada a mejorar la calidad de los viñedos.

También han colaborado con la Armada en iniciativas como Sicomoro, un sistema que permite transmitir información desde un helicóptero al satélite sin necesidad de infraestructuras terrestres y cuyos vuelos de prueba se realizaron en la Escuela de Marín.