La visita del rey Felipe VI desde hoy hasta el lunes a Arabia Saudí podría suponer la reactivación del contrato del país con los astilleros de Navantia en Ferrol y Cádiz para construir cinco corbetas para la Armada. Aunque el acuerdo se gestó ya en enero, este pedido valorado en 3.000 millones que daría carga de trabajo durante cinco años a 2.000 trabajadores, quedó paralizado por las negociaciones para formar Gobierno en España tras las elecciones del 20-D. Por la ronda de conversaciones con los líderes políticos el monarca también tuvo que aplazar este viaje previsto para el pasado febrero. Los trabajadores de Navantia en Ferrol confían en que se concrete el contrato tras esta visita del Rey. En cuanto al reparto de corbetas, el presidente del comité de empresa, Javier Galán, espera que se mantenga lo anunciado para la comarca y dos de las embarcaciones se hagan en los astilleros ferrolanos y las otras tres en Cádiz. El encargo no solo incluye la construcción de las corbetas modelo Avante 2200 sino también su mantenimiento posterior, la formación para manejar los equipos y la posibilidad de crear la base en la que se instalarán.

De materializarse este pedido, podría coincidir con el inicio a mediados del próximo año de la fabricación de los dos buques de aprovisionamiento de combate encargados para la Armada australiana, y que darán empleo a unos 200 operarios hasta 2019.

El representante de los trabajadores alertó de que la firma no está "en las mejores condiciones" para asumir nuevos pedidos con plantel propio. Y en eso alude a "un defecto de la política" del presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, con "una subcontratación que ronda el 70% y una capacidad propia de apenas el 30%". Por eso, exige la incorporación de jóvenes, con independencia del nivel de contratación de empresas auxiliares. Critica además que la empresa pública se ha visto obligada a impulsar las subcontrataciones por no haber realizado un estudio sobre "las necesidades de cada centro y las plantillas ideales para construir una embarcación".

Como solución en caso de que coincidan los trabajos para Arabia Saudí y Australia, Galán apuesta por contratar a desempleados de la comarca y que se fueron de la entidad a partir de la capacidad de cuatro millones de horas que tienen los astilleros ferrolanos. El comité celebra que la obtención de todos los contratos en juego podría reportar en una década capacidad para reincorporar a todas las bajas que se han producido estos años, pero descarta que se vuelva a alcanzar la cifra de 5.000 personas en plantilla. A más corto plazo, lamenta que el balance de Navantia se cierre un año más en número rojos con pérdidas que -augura- se aproximarán o incluso superarán a los 167 millones de 2015.