Agresividad al volante, aumento del tiempo de reacción, menos coordinación, hiperactividad, velocidad excesiva... Son algunas de las consecuencias que tiene el consumo de drogas para la conducción. Hace ya un par de años que las alarmas saltaron en Tráfico ante el elevado número de narcotest positivos en las carreteras gallegas, un balance que coloca a Galicia como la tercera comunidad, por detrás de Andalucía y Comunidad Valenciana, con más denuncias por consumo del cannabis o cocaína al volante. En la actualidad, los positivos por conducir bajo los efectos de las drogas superan a los denunciados por ponerse al volante tras tomar una copa de más. Y esa tasa también se traduce en una mayor incidencia de las drogas en los accidentes de tráfico. El 16% de los conductores fallecidos en los últimos cuatro años en un siniestro viario dio positivo en drogas, lo que supone un 7% más que en 2012. Esa es una de las conclusiones del informe La influencia de las drogas en los accidentes de tráfico (2012-2015) presentado ayer en Madrid por la Fundación Línea Directa y realizado en colaboración con Fesvial, donde analiza la evolución del consumo de drogas en la conducción y los efectos en la seguridad vial.

Fue en el año 2012 cuando la DGT comenzó a realizar controles de drogas rutinarios. En un primer momento el número era muy reducido debido al elevado coste de las pruebas y el tiempo necesario para su realización. Desde entonces se multiplicaron por 60 los controles de consumo de drogas en las carreteras españolas y la tasa de positivos interceptados por las patrullas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha crecido año tras año. A modo de ejemplo, en la campaña de control realizada el pasado mes de junio en las carreteras gallegas, los agentes sorprendieron a un total de 132 conductores bajo los efectos de las drogas, lo que supone una media de casi 20 cada día. En el caso de la provincia de A Coruña, seis de cada diez automovilistas sometidos a un narcotest dieron positivo, lo que la coloca como la provincia gallega con la mayor tasa por consumo de cocaína o cannabis. Le sigue en el ranking Ourense, con un índice del 50%; Pontevedra, con casi un 43% y, finalmente, Lugo, con más del 33%.

El informe presentado ayer concluye que tres de cada diez conductores sometidos a un control da positivo en alguna sustancia ilegal como cannabis, cocaína, éxtasis o anfetaminas, un porcentaje que se sitúa muy por encima de los positivos que se registran en el conjunto del país por alcohol (1,6%). Por cada automovilista que se pone al volante tras haber bebido, dos o tres lo hacen tras haber consumido drogas. De los más de 2.700 controles aleatorios de drogas y control analizados por la DGT en 2015, se desprende que el cannabis y la cocaína están presentes en un 7,5% y 4,7% de los conductores, respectivamente, un consumo seguido muy de lejos por el alcohol, en tercer lugar, con un 26% de positivos.

En las conclusiones del documento de la Fundación Línea Directa, fueron analizados los más de 25 millones de pruebas de alcohol y drogas realizados en España entre los años 2012 y 2015, así como las autopsias realizadas por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses a los más de 3.100 conductores y peatones fallecidos en accidentes de tráfico durante este periodo. Los datos hablan por sí solos: el 16% de los conductores muertos en las carreteras españolas en los últimos cuatro años dieron positivo en drogas. Este balance, según advierten los autores del informe, es "preocupante" si se tiene en cuenta que los accidentes de tráfico bajan año tras año y también la presencia de alcohol en los siniestros mortales, que en el periodo analizado disminuyó casi un 20%.

En cuanto al cannabis al volante, el informe sitúa a Baleares, Cataluña y La Rioja como las comunidades de mayor consumo. Galicia se encuentra en la mitad de la tabla, junto con Andalucía, Madrid y Extremadura. ¿Cuál es el perfil del conductor que se pone al volante tras haber consumido alguna droga? El informe habla de un hombre, de entre 25 y 34 años, policonsumidor y a bordo de un turismo.

Los datos revelan que los conductores todavía no están concienciados de los peligros de ponerse al volante tras haber consumido alguna droga. Dos de cada diez automovilistas (unos 5 millones) reconocen haberse puesto al volante tras consumir alguna sustancia ilegal.