Casi 13 millones de euros. Esa es la partida reservada este año por la Xunta para ayudas al alquiler. Unas 6.000 familias con dificultades económicas o sociales recurren en la actualidad a estas subvenciones para hacer frente a la renta de su piso, una iniciativa incluida en el programa puesto en marcha por el Ejecutivo gallego con el fin de garantizar el acceso a la vivienda y evitar que los afectados pierdan su hogar. En su intervención en el pleno del Parlamento, la conselleira de Infraestruturas e Vivienda, Ethel Vázquez, avanzó ayer que su departamento activará esta legislatura nuevos programas que ofrezcan soluciones a las personas con dificultades económicas o sociales.

"Para nosotros la lucha contra los desahucios es una prioridad absoluta, no nos daremos por satisfechos mientras una persona sola esté en riesgo de perder su vivienda", manifestó Vázquez en respuesta a una interpelación formulada por el diputado de En Marea Antón Sánchez. Junto a las distintas iniciativas impulsadas para el pago del alquiler, la conselleira de Vivenda adelantó que el Gobierno gallego pondrá en marcha nuevos programas como el llamado Rehaluga, que consistirá en subvenciones a la rehabilitación de viviendas para alquilar. El propietario, en contraprestación a la ayuda recibida, se comprometerá a incorporar su vivienda al programa Vivendas Baleiras con un precio de alquiler tasado y reducido según el importe de la subvención recibida. El objetivo que persigue la Xunta es doble. Por un lado, reducir las viviendas desocupadas o en mal estado y por otro, tratar de dar respuesta a las necesidades de vivienda de algunas familias mediante alquileres a precios reducidos. En la actualidad, 26 concellos ya firmaron su adhesión al programa Vivendas Baleiras. La Xunta proporciona a estos inmuebles un seguro multirriesgo y otro de garantía de cobros para los propietarios que, en este caso, incluye asistencia jurídica.

En su intervención, Vázquez tiró de los últimos datos del INE, que revelan un descenso del 40% en las ejecuciones hipotecarias en Galicia, un balance que la sitúan como la segunda comunidad con menos impagos.