Galicia va camino de cerrar el año marcada en rojo en el mapa de accidentalidad de la DGT. Entre enero y noviembre, un total de 95 personas fallecieron en las carreteras gallegas, un balance que supone un 14,5% más que las 83 contabilizadas en el mismo periodo del año pasado. Pontevedra es la excepción, ya que es la única provincia gallega que registra una tendencia a la baja, en concreto un 11% menos de fallecidos que en los primeros once meses de 2015. Los siniestros ocurridos en la provincia de Pontevedra dejaron en lo que va de año un total de 24 fallecidos, frente a los 27 del año pasado, según datos del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste.

Lugo y Ourense son las provincias gallegas peor paradas en la comunidad. En ambas, la cifra de víctimas mortales en accidentes de tráfico se disparó por encima del 40%. Un total de 23 muertos en las carreteras ourensanas hasta noviembre, casi un 44% más que las 16 contabilizados el ejercicio pasado. En el caso de Lugo, las estadísticas revelan un total de 10 fallecidos en estos once meses, tres más que en 2015, lo que supone casi un 43% más. A Coruña es la provincia gallega con el mayor número de fallecidos en su red viaria: un total de 38, lo que significa un 15,2% más que el mismo periodo del año pasado.

El balance de la accidentalidad del mes de noviembre revela también un incremento de la accidentalidad mortal en las carreteras de la comunidad. Un total de 13 fallecidos, un 44,4% más que las 9 víctimas mortales contabilizadas en el mismo mes de 2015. También en noviembre Pontevedra es la excepción en la red viaria gallega, ya que experimentó un descenso de más del 33% en el número de víctimas y de accidentes. En A Coruña se produjo se disparó la cifra de muertos un 250%, con un total de siete fallecidos frente a los dos de noviembre del año pasado. En Lugo y de Ourense se mantuvieron las mismas cifras, con tres fallecidos en tres accidentes y un fallecido en un siniestro, respectivamente.

De las 13 víctimas mortales registradas en noviembre, cinco eran mayores de 65 años, mientras que tres tenían entre 25 y 35 años, otros tres se situaban entre los 36 y 45 años y dos de los fallecidos contaban con entre 56 y 65 años.